- ¡Cuánto te amo, Señor, fuerza mía!
El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador;
es mi Dios, la roca en que me refugio.
Es mi escudo, el poder que me salva,
¡mi más alto escondite! - En mi angustia invoqué al Señor;
clamé a mi Dios por ayuda.
Él me escuchó desde su Templo;
¡mi clamor llegó a sus oídos! - Tú eres fiel con quien es fiel
e íntegro con quien es íntegro. - Tú, Señor, mantienes mi lámpara encendida;
tú, Dios mío, iluminas mis tinieblas. - El camino de Dios es perfecto;
la palabra del Señor es intachable.
Escudo es Dios a los que se refugian en él. - Pues ¿quién es Dios sino el Señor?
¿Quién es la Roca sino nuestro Dios? - Tú me cubres con el escudo de tu salvación
y con tu diestra me sostienes;
tu ayuda me ha hecho prosperar.
Has despejado el paso de mi camino,
para que mis tobillos no se tuerzan.
Versículo de la Biblia del día
Que caiga mi enseñanza como lluviay desciendan mis palabras como rocío,
como aguacero sobre el pasto nuevo,
como lluvia abundante sobre plantas tiernas.






