- Otra vez Jesús les habló, diciendo: —Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
- El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
- Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús está en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que está en vosotros.
- Porque así dijo el Alto y Sublime,
el que habita la eternidad
y cuyo nombre es el Santo:
«Yo habito en la altura y la santidad,
pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu,
para reavivar el espíritu de los humildes
y para vivificar el corazón de los quebrantados.» - Escucha, hijo mío, recibe mis razones
y se te multiplicarán los años de tu vida. - Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete.
- Pero así dice Jehová a la casa de Israel: «Buscadme y viviréis.»
- Enséñame, Jehová, tu camino,
y caminaré yo en tu verdad;
afirma mi corazón
para que tema tu nombre. - Habéis, pues, de serme santos, porque yo, Jehová, soy santo, y os he apartado de entre los pueblos para que seáis míos.
- Jehová redime el alma de sus siervos.
¡No serán condenados cuantos en él confían! - De Jehová es la tierra y su plenitud,
el mundo y los que en él habitan. - Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener con vida a mucha gente.
- El fin de todo el discurso que has oído es: Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre.
- De ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
- Todas las cosas por medio de él fueron hechas,
y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. - Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.
- Bienaventurados los íntegros de camino,
los que andan en la Ley de Jehová. - El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
- Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.
- Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia.
- Todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.
- Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente y de la venidera.
- Porque en otro tiempo erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz.
- Aquel cuya alma no es recta se enorgullece;
mas el justo por su fe vivirá. - Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio.
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daré, pues, hombres a cambio de ti
y naciones a cambio de tu vida.