Versículos de la Biblia sobre 'Los'
- El Señor abre los ojos a los ciegos,
el Señor levanta a los caídos,
el Señor ama a los justos. - ¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.
- La integridad de los rectos los guiará,
mas la perversidad de los pérfidos los destruirá. - Corona de los ancianos son los hijos de los hijos,
y la gloria de los hijos son sus padres. - Y tomando los cinco panes y los dos peces, levantando los ojos al cielo, los bendijo, y los partió, y los iba dando a los discípulos para que los sirvieran a la gente. Todos comieron y se saciaron; y se recogieron de lo que les sobró de los pedazos: doce cestas llenas.
- Gozaos con los que se gozan y llorad con los que lloran.
- Él envió su palabra y los sanó
y los libró de la muerte. - Abre tu boca por los mudos,
por los derechos de todos los desdichados. - Claman los justos, y el Señor los oye,
y los libra de todas sus angustias.
Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón,
y salva a los abatidos de espíritu. - He aquí, los ojos del Señor están sobre los que le temen,
sobre los que esperan en su misericordia. - No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno.
- ¡Cuán grande es tu bondad,
que has guardado para los que te temen,
que has obrado para los que en ti se refugian,
delante de los hijos de los hombres! - Los que amáis al Señor, aborreced el mal;
Él guarda las almas de sus santos;
los libra de la mano de los impíos. - A nuestro Dios y Padre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
- Hijos, guardaos de los ídolos.
- Los ojos del Señor están sobre los justos,
y sus oídos atentos a su clamor. - Dios prepara un hogar para los solitarios;
conduce a los cautivos a prosperidad;
solo los rebeldes habitan en una tierra seca. - Pero a vosotros los que oís, os digo: amad a vuestros enemigos; haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen; orad por los que os vituperan.
- Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.
- Los labios del necio provocan contienda,
y su boca llama a los golpes. - ¡Cuán bienaventurados son los de camino perfecto,
los que andan en la ley del Señor! - Mucha paz tienen los que aman tu ley,
y nada los hace tropezar. - Pues si yo, el Señor y el Maestro, os lavé los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros.
- Pero Jesús dijo: Dejad a los niños, y no les impidáis que vengan a mí, porque de los que son como estos es el reino de los cielos.
- Al oír Él esto, dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos.
- La esperanza de los justos es alegría,
pero la expectación de los impíos perecerá. - En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros.
- Él reserva la prosperidad para los rectos,
es escudo para los que andan en integridad. - Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros.
- Sea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin mancilla, porque a los inmorales y a los adúlteros los juzgará Dios.
- Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
- Acuérdate, pues, de tu Creador en los días de tu juventud,
antes que vengan los días malos,
y se acerquen los años en que digas:
No tengo en ellos placer. - Como a medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, y los presos los escuchaban.
- Cuando aumentan los bienes,
aumentan también los que los consumen.
Así, pues, ¿cuál es la ventaja para sus dueños, sino verlos con sus ojos? - Bueno y recto es el Señor;
por tanto, Él muestra a los pecadores el camino.
Dirige a los humildes en la justicia,
y enseña a los humildes su camino. - Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos.
- Hay engaño en el corazón de los que traman el mal,
y gozo en los consejeros de paz. - Reconociendo esto: que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los inmorales, homosexuales, secuestradores, mentirosos, los que juran en falso, y para cualquier otra cosa que es contraria a la sana doctrina, según el glorioso evangelio del Dios bendito, que me ha sido encomendado.
- Los leoncillos pasan necesidad y tienen hambre,
mas los que buscan al Señor no carecerán de bien alguno. - Por tanto, aceptaos los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó para gloria de Dios.
- El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres.
Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos,
y la recuperación de la vista a los ciegos;
para poner en libertad a los oprimidos. - En ti pondrán su confianza los que conocen tu nombre,
porque tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan. - Mas la misericordia del Señor es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen,
y su justicia para los hijos de los hijos,
para los que guardan su pacto
y se acuerdan de sus preceptos para cumplirlos. - Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, a Él sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
- Mejor es lo poco del justo
que la abundancia de muchos impíos.
Porque los brazos de los impíos serán quebrados;
mas el Señor sostiene a los justos. - Los labios del justo dan a conocer lo agradable,
pero la boca de los impíos, lo perverso. - El Señor está cerca de todos los que le invocan,
de todos los que le invocan en verdad. - Porque los ojos del Señor están sobre los justos,
y sus oídos atentos a sus oraciones;
pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal. - El Señor protege a los extranjeros,
sostiene al huérfano y a la viuda,
pero trastorna el camino de los impíos. - Muchos serán purificados, emblanquecidos y refinados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos comprenderá, pero los entendidos comprenderán.
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