Versículos de la Biblia sobre 'Oh Dios'
- Protégeme, oh Dios, pues en ti me refugio.
- Levántate, oh Señor; alza, oh Dios, tu mano.
No te olvides de los pobres. - Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios;
sobre toda la tierra sea tu gloria. - Porque tú nos has probado, oh Dios;
nos has refinado como se refina la plata. - Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios,
sobre toda la tierra sea tu gloria. - Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
y renueva un espíritu recto dentro de mí. - Como el ciervo anhela las corrientes de agua,
así suspira por ti, oh Dios, el alma mía. - Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito;
al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás. - Oh Dios, tú eres mi Dios; te buscaré con afán.
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela
cual tierra seca y árida donde no hay agua. - Ayúdanos oh Dios de nuestra salvación,
por la gloria de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre. - Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis inquietudes.
Y ve si hay en mí camino malo,
y guíame en el camino eterno. - Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
conforme a lo inmenso de tu compasión, borra mis transgresiones.
Lávame por completo de mi maldad,
y límpiame de mi pecado. - Tú enciendes mi lámpara, oh Señor;
mi Dios que alumbra mis tinieblas. - Te exaltaré mi Dios, oh Rey,
y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. - Oh Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos;
haz resplandecer tu rostro sobre nosotros y seremos salvos. - ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
- Oh Señor Dios, por eso tú eres grande; pues no hay nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos.
- Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor uno es. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza.
- Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad.
- En ti me alegraré y me regocijaré;
cantaré alabanzas a tu nombre, oh Altísimo. - Él te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno.
¿Y qué es lo que demanda el Señor de ti,
sino solo practicar la justicia, amar la misericordia,
y andar humildemente con tu Dios? - ¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!
- Oh Señor, tú eres mi Dios;
te ensalzaré, daré alabanzas a tu nombre,
porque has hecho maravillas,
designios concebidos desde tiempos antiguos con toda fidelidad. - Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti,
oh Señor, roca mía y redentor mío. - Si digo: Mi pie ha resbalado,
tu misericordia, oh Señor, me sostendrá. - Sea sobre nosotros tu misericordia, oh Señor,
según hemos esperado en ti. - El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
- Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente;
¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? - En ti, oh Señor, me refugio;
jamás sea yo avergonzado;
líbrame en tu justicia. - Te rogamos, oh Señor: sálvanos ahora;
te rogamos, oh Señor: prospéranos ahora.
Bendito el que viene en el nombre del Señor;
desde la casa del Señor os bendecimos. - Todo aquel que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
- Porque tú, oh Señor, bendices al justo,
como con un escudo lo rodeas de tu favor. - Aun antes de que haya palabra en mi boca,
he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda. - Y tuya es, oh Señor, la misericordia,
pues tú pagas al hombre conforme a sus obras. - Sáname, oh Señor, y seré sanado;
sálvame y seré salvo,
porque tú eres mi alabanza. - Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
- Oh Señor, de mañana oirás mi voz;
de mañana presentaré mi oración a ti,
y con ansias esperaré. - Enséñame, oh Señor, tu camino;
andaré en tu verdad;
unifica mi corazón para que tema tu nombre. - Mas tú, oh Señor, eres escudo en derredor mío,
mi gloria, y el que levanta mi cabeza. - Oh Señor, escucha mi oración,
presta oído a mis súplicas,
respóndeme por tu fidelidad, por tu justicia. - Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios.
- Pues, ¿quién es Dios, fuera del Señor?
¿Y quién es roca, sino solo nuestro Dios? - Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él.
- Tuya es, oh Señor, la grandeza y el poder y la gloria y la victoria y la majestad, en verdad, todo lo que hay en los cielos y en la tierra; tuyo es el dominio, oh Señor, y tú te exaltas como soberano sobre todo.
- Acuérdate, oh Señor, de tu compasión y de tus misericordias,
que son eternas.
No te acuerdes de los pecados de mi juventud ni de mis transgresiones;
acuérdate de mí conforme a tu misericordia,
por tu bondad, oh Señor. - En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.
- En ti pondrán su confianza los que conocen tu nombre,
porque tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan. - Pues ¿quién es Dios, fuera del Señor?
¿Y quién es roca, sino solo nuestro Dios? - Mas tú, oh Señor, reinas para siempre,
tu trono permanece de generación en generación. - El Señor cumplirá su propósito en mí;
eterna, oh Señor, es tu misericordia;
no abandones las obras de tus manos.
Temas relacionados
Adoración
Oh Señor, tú eres...
Dios
El Señor tu Dios...
Dependencia
Porque yo soy el...
Purificación
Por tanto, amados, teniendo...
Pecado
¿O no sabéis que...
Justicia
El que sigue la...
