No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. | No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. |
Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación. | Pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria. |
Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados. | Bienaventurados los que lloran, porque recibirán consolación. |
Pero el Señor dijo a Samuel: No mires a su apariencia, ni a lo alto de su estatura, porque lo he desechado; pues Dios ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón. | Pero Jehová respondió a Samuel: —No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. |
Y tuya es, oh Señor, la misericordia, pues tú pagas al hombre conforme a sus obras. | Y tuya, Señor, es la misericordia, pues tú pagas a cada uno conforme a su obra. |
Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia. | Porque para mí el vivir es Cristo y el morir, ganancia. |
Todo el que practica el pecado, practica también la infracción de la ley, pues el pecado es infracción de la ley. | Todo aquel que comete pecado, infringe también la Ley, pues el pecado es infracción de la Ley. |
Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios. | Bienaventurados los de limpio corazón, porque verán a Dios. |
Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? | Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? |
Me seréis, pues, santos, porque yo, el Señor, soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos. | Habéis, pues, de serme santos, porque yo, Jehová, soy santo, y os he apartado de entre los pueblos para que seáis míos. |
Porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida presente y también para la futura. | Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente y de la venidera. |
Por lo cual no tienes excusa, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas, pues al juzgar a otro, a ti mismo te condenas, porque tú que juzgas practicas las mismas cosas. | Por eso eres inexcusable, hombre, tú que juzgas, quienquiera que seas, porque al juzgar a otro, te condenas a ti mismo, pues tú, que juzgas, haces lo mismo. |
Ahora pues, quitad los dioses extranjeros que están en medio de vosotros, e inclinad vuestro corazón al Señor, Dios de Israel. | Quitad, pues, ahora los dioses ajenos que están entre vosotros, e inclinad vuestro corazón a Jehová, Dios de Israel. |
Pues habéis nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece. | Pues habéis renacido, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. |
Pues, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? | Porque ¿de qué le aprovechará al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma? |
Aquel, pues, que os suministra el Espíritu y hace milagros entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley o por el oír con fe? | Aquel, pues, que os da el Espíritu y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la Ley o por el oír con fe? |
Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer bien en el día de reposo. | Pero, ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, está permitido hacer el bien en sábado. |
Mas yo he sido el Señor tu Dios desde la tierra de Egipto; no reconocerás a otro dios fuera de mí, pues no hay más salvador que yo. | Mas yo soy Jehová, tu Dios, desde la tierra de Egipto; no conocerás, pues, otro dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí. |
Pues, ¿quién es Dios, fuera del Señor? ¿Y quién es roca, sino solo nuestro Dios? | ¿Quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? |
Alma mía, espera en silencio solamente en Dios, pues de Él viene mi esperanza. | En Dios solamente reposa mi alma, porque de él viene mi esperanza. |
Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos. | Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. |
Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios. | Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios. |
Solamente temed al Señor y servidle en verdad con todo vuestro corazón; pues habéis visto cuán grandes cosas ha hecho por vosotros. | Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón, pues habéis visto cuán grandes cosas ha hecho por vosotros. |
Por tanto, dad frutos dignos de arrepentimiento. | Producid, pues, frutos dignos de arrepentimiento. |
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados. | Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. |
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