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Versículos de la Biblia sobre 'Siempre'

  • Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocijaos!
  • Te exaltaré mi Dios, oh Rey,
    y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.
  • ¡Oh si ellos tuvieran tal corazón que me temieran, y guardaran siempre todos mis mandamientos, para que les fuera bien a ellos y a sus hijos para siempre!
  • Porque por una ofrenda Él ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados.
  • Mas tú, oh Señor, reinas para siempre,
    tu trono permanece de generación en generación.
  • Y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador para que esté con vosotros para siempre.
  • Sécase la hierba, marchítase la flor,
    mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.
  • Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
  • Tus testimonios he tomado como herencia para siempre,
    porque son el gozo de mi corazón.
  • Porque nunca será sacudido;
    para siempre será recordado el justo.
  • Y que el mismo Señor de paz siempre os conceda paz en todas las circunstancias. El Señor sea con todos vosotros.
  • Mi carne y mi corazón pueden desfallecer,
    pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre.
  • Me darás a conocer la senda de la vida;
    en tu presencia hay plenitud de gozo;
    en tu diestra, deleites para siempre.
  • El Señor te protegerá de todo mal;
    El guardará tu alma.
    El Señor guardará tu salida y tu entrada
    desde ahora y para siempre.
  • Mirad que ninguno devuelva a otro mal por mal, sino procurad siempre lo bueno los unos para con los otros, y para con todos.
  • Como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, aunque poseyéndolo todo.
  • Dad gracias al Señor, porque Él es bueno;
    porque para siempre es su misericordia.
  • Estad siempre gozosos; orad sin cesar; dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús.
  • Buscad al Señor y su fortaleza;
    buscad su rostro continuamente.
  • «Regresa, infiel Israel» —declara el Señor—,
    «no te miraré con ira,
    porque soy misericordioso» —declara el Señor—;
    «no guardaré rencor para siempre.»
  • Porque el Señor ama la justicia,
    y no abandona a sus santos;
    ellos son preservados para siempre,
    pero la descendencia de los impíos será exterminada.
  • Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén.
  • Por lo cual Él también es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de Él se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos.
  • El principio de la sabiduría es el temor del Señor;
    buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos;
    su alabanza permanece para siempre.
  • Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo también daré por la vida del mundo es mi carne.
  • Por tanto, mis amados hermanos, estad firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
  • Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para vosotros, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abundéis para toda buena obra.
  • ¿Qué Dios hay como tú, que perdona la iniquidad
    y pasa por alto la rebeldía del remanente de su heredad?
    No persistirá en su ira para siempre,
    porque se complace en la misericordia.
  • Siempre tenemos que dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es justo, porque vuestra fe aumenta grandemente, y el amor de cada uno de vosotros hacia los demás abunda más y más.
  • Andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo. Que vuestra conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada persona.
  • Al Señor he puesto continuamente delante de mí;
    porque está a mi diestra, permaneceré firme.
  • Sino santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros, pero hacedlo con mansedumbre y reverencia.
  • Así pues, guardarás sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno hoy, a fin de que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y para que prolongues tus días sobre la tierra que el Señor tu Dios te da para siempre.
  • Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre jamás. Amén.
  • Tú, oh Señor, no retengas tu compasión de mí;
    tu misericordia y tu fidelidad me guarden continuamente.
  • Echa sobre el Señor tu carga, y Él te sustentará;
    Él nunca permitirá que el justo sea sacudido.
  • No temas, porque yo estoy contigo;
    no te desalientes, porque yo soy tu Dios.
    Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré,
    sí, te sostendré con la diestra de mi justicia.
  • Y el Señor nos mandó que observáramos todos estos estatutos, y que temiéramos siempre al Señor nuestro Dios para nuestro bien y para preservarnos la vida, como hasta hoy.
  • El Señor cumplirá su propósito en mí;
    eterna, oh Señor, es tu misericordia;
    no abandones las obras de tus manos.
  • Entonces el Señor Dios dijo: He aquí, el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal; cuidado ahora no vaya a extender su mano y tomar también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre. Y el Señor Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado.
  • Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre.
  • Porque si en verdad enmendáis vuestros caminos y vuestras obras, si en verdad hacéis justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimís al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni derramáis sangre inocente en este lugar, ni andáis en pos de otros dioses para vuestra propia ruina, entonces os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre.
  • Porque así dice el Alto y Sublime
    que vive para siempre, cuyo nombre es Santo:
    Habito en lo alto y santo,
    y también con el contrito y humilde de espíritu,
    para vivificar el espíritu de los humildes
    y para vivificar el corazón de los contritos.
  • Pues habéis nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.
  • ¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho,
    sin compadecerse del hijo de sus entrañas?
    Aunque ellas se olvidaran, yo no te olvidaré.
    He aquí, en las palmas de mis manos, te he grabado;
    tus muros están constantemente delante de mí.
  • Bendeciré al Señor en todo tiempo;
    continuamente estará su alabanza en mi boca.
  • Con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor.
  • Buscad al Señor y su fortaleza;
    buscad su rostro continuamente.
  • La suma de tu palabra es verdad,
    y cada una de tus justas ordenanzas es eterna.
  • Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
    y en la casa del Señor moraré por largos días.