- Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
- El que salga vencedor se vestirá de blanco. Jamás borraré su nombre del libro de la vida, sino que reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.
- Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
- Den gracias al Señor, invoquen su nombre;
den a conocer sus obras entre las naciones. - Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano.
- Por su propia voluntad nos hizo nacer mediante la palabra de verdad, para que fuéramos como los primeros y mejores frutos de su creación.
- Por la palabra del Señor fueron creados los cielos,
y por el soplo de su boca, las estrellas. - Su divino poder, al darnos el conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia, nos ha concedido todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda.
- Pero el Señor cuida de los que le temen,
de los que esperan en su gran amor. - Aunque uno se aparte del temor al Todopoderoso,
el amigo no le niega su lealtad. - Al necio no le complace el discernimiento;
tan solo hace alarde de su propia opinión. - Y el testimonio es este: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo.
- Pero al principio de la creación Dios “los hizo hombre y mujer”. “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo”. Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
- El necio desdeña la corrección de su padre;
el que la acepta demuestra prudencia. - Porque el Señor se complace en su pueblo;
a los humildes concede el honor de la victoria. - Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, bautízate y lávate de tus pecados, invocando su nombre.
- El Todopoderoso no está a nuestro alcance;
excelso es su poder.
Grandes son su justicia y rectitud;
¡a nadie oprime! - No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.
- El corazón del hombre traza su rumbo,
pero sus pasos los dirige el Señor. - Que nadie busque sus propios intereses, sino los del prójimo.
- El que cumple el mandamiento cumple consigo mismo;
el que descuida su conducta morirá. - Con la boca el impío destruye a su prójimo,
pero los justos se libran por el conocimiento. - Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.
- Instruye al niño en el camino correcto,
y aun en su vejez no lo abandonará. - Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él?