Versículos de la Biblia sobre 'TU MIRADA EN MI SENOR'
- Alma mía, dijiste a Jehová:
«Tú eres mi Señor;
no hay para mí bien fuera de ti.» - Dios es el que me ayuda;
el Señor está con los que sostienen mi vida. - Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador,
y grande en misericordia para con todos los que te invocan. - Ellos dijeron: —Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa.
- El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
- Pues aún no está la palabra en mi lengua
y ya tú, Jehová, la sabes toda. - No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
- Su señor le dijo: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor.”
- A Jehová cantaré en mi vida;
a mi Dios cantaré salmos mientras viva. - Mi escondedero y mi escudo eres tú.
En tu palabra he esperado. - En mi corazón he guardado tus dichos,
para no pecar contra ti. - Jesús le dijo: —“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.”
- Mientras callé, se envejecieron mis huesos
en mi gemir todo el día. - ¡Crea en mí, Dios, un corazón limpio,
y renueva un espíritu recto dentro de mí! - Bendeciré a Jehová en todo tiempo;
su alabanza estará de continuo en mi boca. - Que tus ojos miren lo recto
y que tus párpados se abran a lo que tienes delante. - No todo el que me dice: “¡Señor, Señor!”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
- Jehová cumplirá su propósito en mí.
Tu misericordia, Jehová, es para siempre;
¡no desampares la obra de tus manos! - Porque mejor es tu misericordia que la vida,
mis labios te alabarán.
Así te bendeciré en mi vida;
en tu nombre alzaré mis manos. - Enséñame, Jehová, tu camino,
y caminaré yo en tu verdad;
afirma mi corazón
para que tema tu nombre. - ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio Señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerlo estar firme.
- En mi angustia invoqué a Jehová
y clamé a mi Dios.
Él oyó mi voz desde su Templo
y mi clamor llegó hasta sus oídos. - Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.
- Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
- El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva.
- “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.” Éste es el principal mandamiento.
- Aquél, respondiendo, dijo: —Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
- Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
- Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.
- El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
y tu Ley está en medio de mi corazón. - Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho.
- Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo.
- ¿A dónde me iré de tu espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Si subiera a los cielos, allí estás tú;
y si en el seol hiciera mi estrado, allí tú estás. - ¡Ah, Señor Jehová!, tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder y con tu brazo extendido. Nada hay que sea difícil para ti.
- Y tuya, Señor, es la misericordia,
pues tú pagas a cada uno
conforme a su obra. - Jehová, no apartes de mí tu misericordia;
tu misericordia y tu verdad me guarden siempre. - Jesús les respondió: —Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás.
- Encamíname en tu verdad y enséñame,
porque tú eres el Dios de mi salvación;
en ti he esperado todo el día. - Sea llena mi boca de tu alabanza,
de tu gloria todo el día. - Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.
- Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!
- Al vencedor le concederé que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.
- Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
- Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.
- Tú eres mi roca y mi castillo;
por tu nombre me guiarás y me encaminarás. - Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo.
- Pero yo cantaré de tu poder,
alabaré de mañana tu misericordia,
porque has sido mi amparo
y refugio en el día de mi angustia. - Señor, delante de ti están todos mis deseos
y mi suspiro no te es oculto. - Mas yo en tu misericordia he confiado;
mi corazón se alegrará en tu salvación.
Cantaré a Jehová
porque me ha hecho bien. - Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación.
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