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Versículos de la Biblia sobre 'Voz'

  • A ti, Señor, elevo mi clamor
    desde las profundidades del abismo.
    Escucha, Señor, mi voz.
    Estén atentos tus oídos a mi voz suplicante.
  • Caí al suelo y oí una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”
  • ¡Levanta la voz por los que no tienen voz!
    ¡Defiende los derechos de los desposeídos!
  • Y una voz del cielo decía: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él».
  • Entonces oí la voz del Señor que decía:
    —¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?
    Y respondí:
    —Aquí estoy. ¡Envíame a mí!
  • Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo.
  • Yo amo al Señor
    porque él escucha mi voz suplicante.
    Por cuanto él inclina a mí su oído,
    lo invocaré toda mi vida.
  • ¡Levanta la voz, y hazles justicia!
    ¡Defiende a los pobres y necesitados!
  • Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él. ¡Escúchenlo!»
  • El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre.
  • Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor;
    por la mañana te presento mis ruegos,
    y quedo a la espera de tu respuesta.
  • Un abismo llama a otro abismo
    en el rugir de tus cascadas;
    todas tus ondas y tus olas
    se han precipitado sobre mí.
  • Yo, en cambio, te ofreceré sacrificios
    y cánticos de gratitud.
    Cumpliré las promesas que te hice.
    ¡La salvación viene del Señor!
  • Entonces Jesús exclamó con fuerza: —¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu! Y al decir esto, expiró.
  • Yo soy el Señor su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo considero justo, y si cumplen mis leyes y mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el Señor, que les devuelve la salud.
  • En mi angustia invoqué al Señor;
    clamé a mi Dios,
    y él me escuchó desde su templo;
    ¡mi clamor llegó a sus oídos!
  • Un día en que todos acudían a Juan para que los bautizara, Jesús fue bautizado también. Y mientras oraba, se abrió el cielo, y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo».
  • En el último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó: —¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba!
  • Solamente al Señor tu Dios debes seguir y rendir culto. Cumple sus mandamientos y obedécelo; sírvele y permanece fiel a él.
  • Si ahora ustedes me son del todo obedientes,
    y cumplen mi pacto,
    serán mi propiedad exclusiva
    entre todas las naciones.
    Aunque toda la tierra me pertenece.
  • Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir».
  • Lo que sí les ordené fue lo siguiente: ‘Obedézcanme. Así yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. Condúzcanse conforme a todo lo que yo les ordene, a fin de que les vaya bien’.
  • En el infierno, en medio de sus tormentos, el rico levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. Así que alzó la voz y lo llamó: “Padre Abraham, ten compasión de mí y manda a Lázaro que moje la punta del dedo en agua y me refresque la lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego”.
  • Si realmente escuchas al Señor tu Dios, y cumples fielmente todos estos mandamientos que hoy te ordeno, el Señor tu Dios te pondrá por encima de todas las naciones de la tierra.
  • Multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo, y les daré todas esas tierras. Por medio de tu descendencia todas las naciones de la tierra serán bendecidas, porque Abraham me obedeció y cumplió mis preceptos y mis mandamientos, mis normas y mis enseñanzas.

Versículo de la Biblia del día

¿Quién es este Rey de la gloria?
Es el Señor Todopoderoso;
¡él es el Rey de la gloria! Selah

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