- Y esfuércense por cumplir fielmente el mandamiento y la ley que ordenó Moisés, siervo del Señor: Amen al Señor su Dios, condúzcanse de acuerdo con su voluntad, obedezcan sus mandamientos, manténganse unidos firmemente a él y sírvanle de todo corazón y con todo su ser.
 - Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano.
 - Así el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, porque ya no están bajo la Ley, sino bajo la gracia.
 - Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos.
 - ¿Qué concluiremos? ¿Que la Ley es pecado? ¡De ninguna manera! Sin embargo, si no fuera por la Ley, no me habría dado cuenta de lo que es el pecado. Por ejemplo, nunca habría sabido yo lo que es codiciar si la Ley no hubiera dicho: «No codicies».
 - El aguijón de la muerte es el pecado y el poder del pecado es la Ley.
 - Cumple las órdenes del Señor tu Dios; sigue sus caminos y cumple sus estatutos, mandamientos, ordenanzas y mandatos, los cuales están escritos en la Ley de Moisés. Así prosperarás en todo lo que hagas y por dondequiera que vayas.
 - No juzguen para que nadie los juzgue a ustedes.
 - Porque los mandamientos que dicen: «No cometas adulterio», «no mates», «no robes», «no codicies», y todos los demás mandamientos, se resumen en este precepto: «Ama a tu prójimo como a ti mismo».
 - Él les dio a conocer su pacto, los diez mandamientos, los cuales escribió en dos tablas de piedra y ordenó que los pusieran en práctica.
 - Los que aman tu Ley disfrutan de gran paz
y nada los hace tropezar. - El amor no perjudica al prójimo. Así que el amor es el cumplimiento de la Ley.
 - El que obedece sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él. ¿Cómo sabemos que él permanece en nosotros? Por el Espíritu que nos dio.
 - La Ley del Señor es perfecta:
infunde nuevo aliento.
El mandato del Señor es digno de confianza:
da sabiduría al sencillo. - Por tanto, hermanos, sepan que por medio de Jesús se les anuncia el perdón de los pecados. Ustedes no pudieron ser justificados de esos pecados por la Ley de Moisés, pero todo el que cree es justificado por medio de Jesús.
 - Aquellos de entre ustedes que tratan de ser justificados por la Ley han roto con Cristo; han caído de la gracia.
 - El fin de este asunto
es que ya se ha escuchado todo.
Teme a Dios y cumple sus mandamientos,
porque esto es todo para el hombre. - Cumple cuidadosamente los mandamientos del Señor tu Dios, y los mandatos y estatutos que te ha dado.
 - Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
 - Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
 - Hemos pecado y hecho lo malo; hemos sido malvados y rebeldes; nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus leyes.
 - No hagan dioses de plata o de oro para adorarlos como a mí.
 - ¡Aleluya!
Dichoso el que teme al Señor,
el que halla gran deleite en sus mandamientos. - El sabio de corazón acata los mandamientos,
pero el de palabras tontas va camino al desastre. - No piensen que he venido a anular la Ley o los Profetas; no he venido a anularlos, sino a darles cumplimiento.
 






