Porque el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad. | Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad. |
Así que habiendo recibido ayuda de Dios, continúo hasta este día testificando tanto a pequeños como a grandes, no declarando más que lo que los profetas y Moisés dijeron que sucedería: que el Cristo había de padecer, y que por motivo de su resurrección de entre los muertos, Él debía ser el primero en proclamar luz tanto al pueblo judío como a los gentiles. | Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder: Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles. |
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Los preceptos del Señor son rectos, que alegran el corazón; el mandamiento del Señor es puro, que alumbra los ojos. | Los mandamientos de Jehová son rectos: alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro: alumbra los ojos. |
Tú enciendes mi lámpara, oh Señor; mi Dios que alumbra mis tinieblas. | Tú encenderás mi lámpara; Jehová, mi Dios, alumbrará mis tinieblas. |
Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sus acciones sean manifestadas que han sido hechas en Dios. | Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras son hechas en Dios. |