- Confía en el Señor y haz el bien;
establécete en la tierra y mantente fiel. - Deléitate en el Señor,
y él te concederá los deseos de tu corazón. - Encomienda al Señor tu camino;
confía en él, y él actuará.
Hará que tu justicia resplandezca como el alba;
tu justa causa, como el sol de mediodía. - Guarda silencio ante el Señor,
y espera en él con paciencia;
no te irrites ante el éxito de otros,
de los que maquinan planes malvados. - Más vale lo poco de un justo
que lo mucho de innumerables malvados;
porque el brazo de los impíos será quebrado,
pero el Señor sostendrá a los justos. - Los malvados piden prestado y no pagan,
pero los justos dan con generosidad. - El Señor afirma los pasos del hombre
cuando le agrada su modo de vivir. - Porque el Señor ama la justicia
y no abandona a quienes le son fieles.
El Señor los protegerá para siempre,
pero acabará con la descendencia de los malvados.