- Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del cielo, porque siempre procede con rectitud y justicia; además, es capaz de humillar a los soberbios.
- Clamé a él con mi boca;
lo alabé con mi lengua. - Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, ¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén.
- Grande es el Señor y digno de toda alabanza;
su grandeza es insondable. - Y oí a cuanta criatura hay en el cielo, en la tierra, debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban: «¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!».
- De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
- Bendeciré al Señor en todo tiempo;
lo alabarán siempre mis labios. - Yo amo al Señor
porque él escucha mi voz de súplica.
Por cuanto él inclina a mí su oído,
lo invocaré toda mi vida. - Pero yo confío en tu gran amor;
mi corazón se alegra en tu salvación.
Cantaré salmos al Señor,
porque ha sido bueno conmigo. - Los cielos cuentan la gloria de Dios;
la expansión proclama la obra de sus manos.
Un día transmite el mensaje al otro día;
una noche a la otra comparte sabiduría. - Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.
- ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen con su cuerpo a Dios.
- ¿Quién es este Rey de la gloria?
Es el Señor de los Ejércitos;
¡él es el Rey de la gloria! Selah - Quiero alabarte, Señor, con todo el corazón,
y contar todas tus maravillas. - La gloria, Señor, no es para nosotros;
no es para nosotros, sino para tu nombre,
por causa de tu gran amor y tu fidelidad. - Te alabaré, Señor, entre los pueblos;
te cantaré salmos entre las naciones. - Bendito sea el Señor, nuestro Dios y Salvador,
que día tras día sobrelleva nuestras cargas. Selah - Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra.
- Gritarán de júbilo mis labios
cuando yo te cante salmos,
pues me has salvado la vida. - Te exaltaré, mi Dios y rey;
por siempre bendeciré tu nombre. - ¿A quién tengo en el cielo sino a ti?
Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra. - Esta es la oración al Dios de mi vida:
que de día el Señor envíe su amor
y de noche su canto me acompañe. - Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, al único Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
- Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza,
dirígeme por amor a tu nombre. - En aquel día dirán:
«Alaben al Señor, invoquen su nombre;
den a conocer entre los pueblos sus obras;
proclamen la grandeza de su nombre.»
Versículo de la Biblia del día
Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.Versículo de la Biblia al Azar
Por el gran amor del Señor no hemos sido consumidosy su compasión jamás se agota.
Cada mañana se renuevan sus bondades;
¡muy grande es su fidelidad!Siguiente versículo!Con imagen