- Cuídame, oh Dios, porque en ti busco refugio.
- Y dijo Dios: «¡Que exista la luz!»
Y la luz llegó a existir. - Por tanto, imiten a Dios, como hijos muy amados.
- Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce.
- Toda palabra de Dios es digna de crédito;
Dios protege a los que en él buscan refugio. - Reconoce, por tanto, que el Señor tu Dios es el Dios verdadero, el Dios fiel, que cumple su pacto generación tras generación, y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos.
- Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, pero no para Dios; de hecho, para Dios todo es posible.
- Pero yo soy el Señor tu Dios
desde que estabas en Egipto.
No conocerás a otro Dios fuera de mí,
ni a otro Salvador que no sea yo. - Dichosos los de corazón limpio,
porque ellos verán a Dios. - No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí.
- Ahora bien, Dios nos ha revelado esto por medio de su Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las profundidades de Dios.
- Que nadie, al ser tentado, diga: «Es Dios quien me tienta». Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie.
- Pero Dios es mi socorro;
el Señor es quien me sostiene. - Oh Dios, tú eres mi Dios;
yo te busco intensamente.
Mi alma tiene sed de ti;
todo mi ser te anhela,
cual tierra seca, extenuada y sedienta. - ¿Por qué voy a inquietarme?
¿Por qué me voy a angustiar?
En Dios pondré mi esperanza,
y todavía lo alabaré.
¡Él es mi Salvador y mi Dios! - Por consiguiente, queda todavía un reposo especial para el pueblo de Dios; porque el que entra en el reposo de Dios descansa también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas.
- Nuestro Dios está en los cielos
y puede hacer lo que le parezca. - Dios nos bendecirá,
y le temerán todos los confines de la tierra. - Solo en Dios halla descanso mi alma;
de él viene mi salvación. - Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios.
- A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo unigénito, que es Dios y que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer.
- Solo en Dios halla descanso mi alma;
de él viene mi esperanza. - Nadie ha visto jamás a Dios, pero, si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece entre nosotros, y entre nosotros su amor se ha manifestado plenamente.
- ¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios? —le contestó Jesús.
- Te exaltaré, mi Dios y rey;
por siempre bendeciré tu nombre.