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Versículos de la Biblia sobre 'Ellos'

  • Les he dado a conocer tu nombre y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado esté en ellos y yo en ellos.
  • Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos,
    porque con ellos me has vivificado.
  • Y oí una gran voz del cielo, que decía: «El tabernáculo de Dios está ahora con los hombres. Él morará con ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron.»
  • Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
  • ¿Quién es sabio para que sepa esto,
    y prudente para que lo comprenda?
    Porque los caminos de Jehová son rectos,
    por ellos andarán los justos,
    mas los rebeldes caerán en ellos.
  • Ellos dijeron: —Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa.
  • Cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos, como también sobre nosotros al principio.
  • Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y lo recibió una nube que lo ocultó de sus ojos.
  • Viéndolo ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma y gritaron, porque todos lo veían, y se asustaron. Pero en seguida habló con ellos, y les dijo: —¡Tened ánimo! Soy yo, no temáis.
  • Bienaventurados los pobres en espíritu,
    porque de ellos es el reino de los cielos.
  • Aconteció que estando ellos allí se le cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
  • Bienaventurados los de limpio corazón,
    porque verán a Dios.
  • Mucha paz tienen los que aman tu Ley,
    y no hay para ellos tropiezo.
  • Pero también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os inquietéis.
  • Si no los oye a ellos, dilo a la iglesia; y si no oye a la iglesia, tenlo por gentil y publicano.
  • Por eso puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
  • Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos, pues esto es la Ley y los Profetas.
  • ¡Ojalá siempre tuvieran tal corazón, que me temieran y guardaran todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuera bien para siempre!
  • Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
  • Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
  • Mejor es un día en tus atrios
    que mil fuera de ellos.
    Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios
    que habitar donde reside la maldad.
  • Los ojos de Jehová están sobre los justos
    y atentos sus oídos al clamor de ellos.
  • Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia,
    porque de ellos es el reino de los cielos.
  • Pero os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y ponen tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido. Apartaos de ellos.
  • Después los sacó fuera hasta Betania y, alzando sus manos, los bendijo. Aconteció que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado arriba al cielo.
  • Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud,
    antes que vengan los días malos,
    y lleguen los años de los cuales digas:
    «No tengo en ellos contentamiento».
  • La ira de Jehová está contra los que hacen mal,
    para eliminar de la tierra la memoria de ellos.
  • Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas y profetizaban.
  • Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos;
    y todo el ejército de ellos, por el aliento de su boca.
  • Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales les dijeron: —Galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como lo habéis visto ir al cielo.
  • Yo fortaleceré la casa de Judá
    y guardaré la casa de José.
    Los haré volver,
    porque de ellos tendré piedad;
    serán como si no los hubiera desechado,
    porque yo soy Jehová, su Dios,
    y los oiré.
  • Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno, porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.
  • ¡Esforzaos y cobrad ánimo! No temáis ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová, tu Dios, es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.
  • Pues no se apoderaron de la tierra por su espada,
    ni su brazo los libró;
    sino tu diestra, tu brazo, y la luz de tu rostro,
    porque te complaciste en ellos.
  • Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablaran.
  • Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas, porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto.
  • ¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios, pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
  • El amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y él por todos murió, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
  • Y daré bendición a ellos y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo: lluvias de bendición serán.
  • ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin el permiso de vuestro Padre. Pues bien, aun vuestros cabellos están todos contados. Así que no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
  • Serán para mí especial tesoro,
    dice Jehová de los ejércitos,
    en el día en que yo actúe.
    Los perdonaré
    como un hombre perdona al hijo que lo sirve.
  • Bienaventurados los que lloran,
    porque recibirán consolación.
  • Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo y se sentó a la diestra de Dios.
  • El que oculta sus pecados no prosperará,
    pero el que los confiesa y se aparta de ellos alcanzará misericordia.
  • Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
  • A ninguna viuda ni huérfano afligiréis, porque si tú llegas a afligirlos, y ellos claman a mí, ciertamente oiré yo su clamor, mi furor se encenderá y os mataré a espada; vuestras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros hijos.
  • Bienaventurados los pacificadores,
    porque serán llamados hijos de Dios.
  • Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo esté, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado, pues me has amado desde antes de la fundación del mundo.
  • Y al orar no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
  • Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,
    porque serán saciados.