Versículos de la Biblia sobre 'Porque'
- Aclamad a Jehová, porque él es bueno;
porque su misericordia es eterna. - Nosotros lo amamos a él porque él nos amó primero.
- Guárdame, Dios,
porque en ti he confiado. - El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
- Y andaré en libertad,
porque busqué tus mandamientos. - Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
- Pero yo os digo: No juréis de ninguna manera: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
- Porque por fe andamos, no por vista.
- Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y decís bien, porque lo soy.
- Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
- Bienaventurados los que lloran,
porque recibirán consolación. - Bienaventurados los de limpio corazón,
porque verán a Dios. - Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.
- Hazme oír por la mañana tu misericordia,
porque en ti he confiado.
Hazme saber el camino por donde ande,
porque hacia ti he elevado mi alma. - Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
- Porque para mí el vivir es Cristo y el morir, ganancia.
- No temas, porque yo estoy contigo;
no desmayes, porque yo soy tu Dios
que te esfuerzo;
siempre te ayudaré,
siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. - Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
- Sobre toda cosa que guardes, guarda tu corazón,
porque de él mana la vida. - No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el Reino.
- Sáname, Jehová, y quedaré sano;
sálvame, y seré salvo,
porque tú eres mi alabanza. - En paz me acostaré y asimismo dormiré,
porque sólo tú, Jehová, me haces vivir confiado. - Pues nada hay imposible para Dios.
- Bienaventurados los pacificadores,
porque serán llamados hijos de Dios. - Tú guardarás en completa paz
a aquel cuyo pensamiento en ti persevera,
porque en ti ha confiado. - Yo fortaleceré la casa de Judá
y guardaré la casa de José.
Los haré volver,
porque de ellos tendré piedad;
serán como si no los hubiera desechado,
porque yo soy Jehová, su Dios,
y los oiré. - Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
- Porque en él vivimos, nos movemos y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: “Porque linaje suyo somos.”
- Sino, así como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, porque escrito está: «Sed santos, porque yo soy santo.»
- Porque Jehová da la sabiduría
y de su boca proceden el conocimiento y la inteligencia. - Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,
porque serán saciados. - Porque Jehová tiene contentamiento en su pueblo;
hermoseará a los humildes con la salvación. - ¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera!
- Bienaventurados los pobres en espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos. - Porque en otro tiempo erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz.
- Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
- Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magníficas;
sea sabido esto por toda la tierra. - Jesús le dijo: —Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron.
- Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
- Porque de él, por él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.
- Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad.
- Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
- «Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos
ni vuestros caminos mis caminos»,
dice Jehová. - Porque yo Jehová soy tu Dios,
quien te sostiene de tu mano derecha
y te dice: “No temas, yo te ayudo.” - Enséñame a hacer tu voluntad,
porque tú eres mi Dios;
tu buen espíritu me guíe
a tierra de rectitud. - Porque sacia al alma menesterosa,
y llena de bien al alma hambrienta. - Porque tú, Dios, nos probaste;
nos purificaste como se purifica la plata. - No nos cansemos, pues, de hacer bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
- Por tanto, también vosotros estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que no pensáis.
- Desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: «¡Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado!»
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