DailyVerses.netTemasVersículo al AzarRegistrar

Versículos de la Biblia sobre 'Sal y la luz'

  • Otra vez Jesús les habló, diciendo: —Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
  • Dijo Dios: «Sea la luz.» Y fue la luz.
  • La luz resplandece en las tinieblas,
    y las tinieblas no la dominaron.
  • Pues no se apoderaron de la tierra por su espada,
    ni su brazo los libró;
    sino tu diestra, tu brazo, y la luz de tu rostro,
    porque te complaciste en ellos.
  • Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.
  • Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado.
  • Él revela lo profundo y lo escondido,
    conoce lo que está en tinieblas
    y con él mora la luz.
  • ¡Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz
    y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti!
  • Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
  • Nadie enciende una luz para después cubrirla con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entren vean la luz.
  • Encomienda a Jehová tu camino,
    confía en él y él hará.
    Exhibirá tu justicia como la luz
    y tu derecho como el mediodía.
  • Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
  • Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas.
  • No os unáis en yugo desigual con los incrédulos, porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión, la luz con las tinieblas?
  • Porque en otro tiempo erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz.
  • Jehová es mi luz y mi salvación,
    ¿de quién temeré?
    Jehová es la fortaleza de mi vida,
    ¿de quién he de atemorizarme?
  • Por tanto, el Señor mismo os dará señal:
    La virgen concebirá
    y dará a luz un hijo,
    y le pondrá por nombre Emanuel.
  • Sea la luz de Jehová, nuestro Dios, sobre nosotros.
    La obra de nuestras manos confirma sobre nosotros;
    sí, la obra de nuestras manos confirma.
  • Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
  • Éste es el mensaje que hemos oído de él y os anunciamos: Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en él.
  • Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió y se oyó una voz desde la nube, que decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.»
  • El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
  • Seguid la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
  • Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.
  • Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo:
    “Te he puesto para luz de los gentiles,
    a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra.”
  • Ni se enciende una luz y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero para que alumbre a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
  • El que sigue la justicia y la misericordia
    hallará la vida, la justicia y el honor.
  • Tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
  • Pero corra el juicio como las aguas
    y la justicia como arroyo impetuoso.
  • La muerte y la vida están en poder de la lengua;
    el que la ama, comerá de sus frutos.
  • Entonces el ángel le dijo: —María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús.
  • Nuestro socorro está en el nombre de Jehová,
    que hizo el cielo y la tierra.
  • Jesús le dijo: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.
  • Andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.
  • Pero él dijo: —¡Antes bien, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la obedecen!
  • Yo soy la puerta: el que por mí entre será salvo; entrará y saldrá, y hallará pastos.
  • Porque Jehová da la sabiduría
    y de su boca proceden el conocimiento y la inteligencia.
  • La casa y las riquezas son herencia de los padres,
    pero don de Jehová es la mujer prudente.
  • Más vale el buen nombre que las muchas riquezas,
    y la buena fama vale más que la plata y el oro.
  • El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
    los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
  • Todo esto aconteció para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del profeta: «Una virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Emanuel» (que significa: «Dios con nosotros»).
  • Aconteció que estando ellos allí se le cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
  • El temor de Jehová es aborrecer el mal:
    yo aborrezco la soberbia, la arrogancia, el mal camino
    y la boca perversa.
  • Quita, pues, de tu corazón el enojo y aparta de tu carne el mal, porque la adolescencia y la juventud son vanidad.
  • Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.
  • La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.
  • ¡Sean gratos los dichos de mi boca
    y la meditación de mi corazón delante de ti,
    Jehová, roca mía y redentor mío!
  • «Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin», dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
  • Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
    y en la casa de Jehová moraré por largos días.
  • Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder: Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles.