Nosotros —judíos de nacimiento y no pecadores de entre los gentiles—, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la Ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la Ley, por cuanto por las obras de la Ley nadie será justificado. | Nosotros somos judíos de nacimiento y no “pecadores paganos”. Sin embargo, al reconocer que nadie es justificado por las obras que demanda la ley, sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en él y no por las obras de la ley; porque por estas nadie será justificado. |
Una satisfacción es para el hombre hacer misericordia, y mejor es un pobre que un mentiroso. | De todo hombre se espera lealtad. Más vale ser pobre que mentiroso. |
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Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. | Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. |
El necio menosprecia el consejo de su padre; el prudente acepta la corrección. | El necio desdeña la corrección de su padre; el que la acepta demuestra prudencia. |
No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló cuando aún estaba en Galilea, diciendo: “Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado y resucite al tercer día.” | No está aquí; ¡ha resucitado! Recuerden lo que les dijo cuando todavía estaba con ustedes en Galilea: “El Hijo del hombre tiene que ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, pero al tercer día resucitará”. |
De Cristo os desligasteis, los que por la Ley os justificáis; de la gracia habéis caído. | Aquellos de entre ustedes que tratan de ser justificados por la ley han roto con Cristo; han caído de la gracia. |
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús. | La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús. |
Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. | De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. |
El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo y seguid lo bueno. | El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien. |
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, Dios, el alma mía. | Cual ciervo jadeante en busca del agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser. |
Las palabras del chismoso son como bocados suaves que penetran hasta las entrañas. | Los chismes son deliciosos manjares; penetran hasta lo más íntimo del ser. |
Porque nada hay encubierto que no haya de descubrirse, ni oculto que no haya de saberse. | No hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a conocerse. |
De nada servirán las riquezas en el día de la ira, pero la justicia librará de muerte. | En el día de la ira de nada sirve ser rico, pero la justicia libra de la muerte. |
Grande es Jehová y digno de suprema alabanza; su grandeza es insondable. | Grande es el Señor, y digno de toda alabanza; su grandeza es insondable. |
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. | Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó. |
Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte, el que domina su espíritu que el conquistador de una ciudad. | Más vale ser paciente que valiente; más vale el dominio propio que conquistar ciudades. |
Hay camino que al hombre le parece derecho, pero es camino que lleva a la muerte. | Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte. |
En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. | Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu. |
Jesús le dijo: —“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.” | “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le respondió Jesús—. |
El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva. | De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva. |
Digo: «¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites?» | Me pregunto: «¿Qué es el hombre, para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano, para que lo tomes en cuenta?» |
A uno que prevalece contra otro, dos lo resisten, pues cordón de tres dobleces no se rompe pronto. | Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente! |
Cuando peque en alguna de estas cosas, confesará aquello en que pecó. | Si alguien resulta culpable de alguna de estas cosas, deberá reconocer que ha pecado. |
Sino que, siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo. | Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. |
Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne. | Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo. |