Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús. | Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús. |
Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. | Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada. |
El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo y seguid lo bueno. | El amor sea sin hipocresía; aborreciendo lo malo, aplicándoos a lo bueno. |
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, Dios, el alma mía. | Como el ciervo anhela las corrientes de agua, así suspira por ti, oh Dios, el alma mía. |
Las palabras del chismoso son como bocados suaves que penetran hasta las entrañas. | Las palabras del chismoso son como bocados deliciosos, y penetran hasta el fondo de las entrañas. |
Porque nada hay encubierto que no haya de descubrirse, ni oculto que no haya de saberse. | Y nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse. |
De nada servirán las riquezas en el día de la ira, pero la justicia librará de muerte. | De nada sirven las riquezas el día de la ira, pero la justicia libra de la muerte. |
Grande es Jehová y digno de suprema alabanza; su grandeza es insondable. | Grande es el Señor, y digno de ser alabado en gran manera; y su grandeza es inescrutable. |
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. | Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. |
Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte, el que domina su espíritu que el conquistador de una ciudad. | Mejor es el lento para la ira que el poderoso, y el que domina su espíritu que el que toma una ciudad. |
Hay camino que al hombre le parece derecho, pero es camino que lleva a la muerte. | Hay camino que al hombre le parece derecho, pero al final, es camino de muerte. |
En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. | No seáis perezosos en lo que requiere diligencia; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. |
Jesús le dijo: —“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.” | Y Él le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. |
El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva. | El que cree en mí, como ha dicho la Escritura: «De lo más profundo de su ser brotarán ríos de agua viva». |
Digo: «¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites?» | Digo: ¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, y el hijo del hombre para que lo cuides? |
A uno que prevalece contra otro, dos lo resisten, pues cordón de tres dobleces no se rompe pronto. | Y si alguien puede prevalecer contra el que está solo, dos lo resistirán. Un cordel de tres hilos no se rompe fácilmente. |
Cuando peque en alguna de estas cosas, confesará aquello en que pecó. | Así será que cuando llegue a ser culpable de cualquiera de estas cosas, confesará aquello en que ha pecado. |
Sino que, siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo. | Sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. |
Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne. | Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. |
Nunca me separé del mandamiento de sus labios, sino que guardé las palabras de su boca más que mi comida. | Del mandamiento de sus labios no me he apartado, he atesorado las palabras de su boca más que mi comida. |
Y decía a todos: —Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. | Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. |
No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros, pues el que ama al prójimo ha cumplido la Ley. | No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama a su prójimo, ha cumplido la ley. |
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse. | Esto sabéis, mis amados hermanos. Pero que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira. |
Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia, y es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia. | Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia; y Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que Él tenga en todo la primacía. |
¡Dios, Dios mío eres tú! ¡De madrugada te buscaré! Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela en tierra seca y árida donde no hay aguas. | Oh Dios, tú eres mi Dios; te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua. |
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El que encubre la falta busca la amistad;el que la divulga, aparta al amigo.Siguiente versículo!Con imagen