Versículos de la Biblia sobre 'Voluntad de dios'
- Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
- Y para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y encuentre confortante reposo con vosotros.
- Porque tenéis necesidad de paciencia, para que cuando hayáis hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
- Estad siempre gozosos; orad sin cesar; dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús.
- Y aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque Él intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios.
- Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto.
- Porque la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios produce un arrepentimiento que conduce a la salvación, sin dejar pesar; pero la tristeza del mundo produce muerte.
- Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual; que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y honor, no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios.
- Me deleito en hacer tu voluntad, Dios mío;
tu ley está dentro de mi corazón. - Pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios.
- Enséñame a hacer tu voluntad,
porque tú eres mi Dios;
tu buen Espíritu me guíe a tierra firme. - No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
- Y esta es la confianza que tenemos delante de Él, que si pedimos cualquier cosa conforme a su voluntad, Él nos oye.
- En el ejercicio de su voluntad, Él nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que fuéramos las primicias de sus criaturas.
- Porque si hay buena voluntad, se acepta según lo que se tiene, no según lo que no se tiene.
- Vosotros, pues, orad de esta manera:
«Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.
Hágase tu voluntad,
así en la tierra como en el cielo.» - Y el Dios de paz, que resucitó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor, el gran Pastor de las ovejas mediante la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para hacer su voluntad, obrando Él en nosotros lo que es agradable delante de Él mediante Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
- Gloria a Dios en las alturas,
y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace. - Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.
- Jesús le dijo: ¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?
- Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente;
¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? - Todo aquel que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
- Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
- ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
- Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.
- Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
- Y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
- El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.
- Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios.
- Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.
- ¿Y quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
- Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
- Probada es toda palabra de Dios;
Él es escudo para los que en Él se refugian. - Pero Él dijo: Al contrario, dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan.
- Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios: que creáis en el que Él ha enviado.
- El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.
- Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte a su debido tiempo.
- Tomad también el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios.
- Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito;
al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás. - Sanad a los enfermos que haya en ella, y decidles: «Se ha acercado a vosotros el reino de Dios».
- Por tanto, aceptaos los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó para gloria de Dios.
- Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y eso es lo que vosotros sois.
- Prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
- Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios.
- No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará.
- Revestíos con toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las insidias del diablo.
- Pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios.
- Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, por el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
- Que el Señor dirija vuestros corazones hacia el amor de Dios y hacia la perseverancia de Cristo.
- De la misma manera, os digo, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
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