Aun el necio, cuando calla, es tenido por sabio, cuando cierra los labios, por prudente. | Hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio; se le considera prudente si cierra la boca. |
El lento para la ira tiene gran prudencia, pero el que es irascible ensalza la necedad. | El que es paciente muestra gran discernimiento; el que es agresivo muestra mucha insensatez. |
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Porque en la mucha sabiduría hay mucha angustia, y quien aumenta el conocimiento, aumenta el dolor. | Francamente, mientras más sabiduría, más problemas; mientras más se sabe, más se sufre. |
Bienaventurado el hombre que halla sabiduría y el hombre que adquiere entendimiento. | Dichoso el que halla sabiduría, el que adquiere inteligencia. |
El temor del Señor es el principio de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción. | El temor del Señor es el principio del conocimiento; los necios desprecian la sabiduría y la disciplina. |
El principio de la sabiduría es el temor del Señor, y el conocimiento del Santo es inteligencia. | El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor; conocer al Santo es tener discernimiento. |
Sabe que así es la sabiduría para tu alma; si la hallas, entonces habrá un futuro, y tu esperanza no será cortada. | Así de dulce sea la sabiduría a tu alma; si das con ella, tendrás buen futuro; tendrás una esperanza que no será destruida. |
Por el camino de la sabiduría te he conducido, por sendas de rectitud te he guiado. | Yo te guío por el camino de la sabiduría, te dirijo por sendas de rectitud. |
¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! | ¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos! |
Él que anda con sabios será sabio, mas el compañero de los necios sufrirá daño. | El que con sabios anda, sabio se vuelve; el que con necios se junta, saldrá mal parado. |
Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca. | Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no olvides mis palabras ni te apartes de ellas. |
El principio de la sabiduría es el temor del Señor; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; su alabanza permanece para siempre. | El principio de la sabiduría es el temor del Señor; buen juicio demuestran quienes cumplen sus preceptos. ¡Su alabanza permanece para siempre! |
Llenas de gracia son las palabras de la boca del sabio, mientras que los labios del necio a él consumen. | Las palabras del sabio son placenteras, pero los labios del necio son su ruina. |
Uno juzga que un día es superior a otro, otro juzga iguales todos los días. Cada cual esté plenamente convencido según su propio sentir. | Hay quien considera que un día tiene más importancia que otro, pero hay quien considera iguales todos los días. Cada uno debe estar firme en sus propias opiniones. |
Para que sean alentados sus corazones, y unidos en amor, alcancen todas las riquezas que proceden de una plena seguridad de comprensión, resultando en un verdadero conocimiento del misterio de Dios, es decir, de Cristo. | Quiero que lo sepan para que cobren ánimo, permanezcan unidos por amor, y tengan toda la riqueza que proviene de la convicción y del entendimiento. Así conocerán el misterio de Dios, es decir, a Cristo. |
Con la boca el impío destruye a su prójimo, mas por el conocimiento los justos serán librados. | Con la boca el impío destruye a su prójimo, pero los justos se libran por el conocimiento. |
La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo. | La ley del Señor es perfecta: infunde nuevo aliento. El mandato del Señor es digno de confianza: da sabiduría al sencillo. |
Hijo mío, si tu corazón es sabio, mi corazón también se me alegrará. | Hijo mío, si tu corazón es sabio, también mi corazón se regocijará. |
El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio la reprime. | El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio sabe dominarla. |
Los labios del necio provocan contienda, y su boca llama a los golpes. | Los labios del necio son causa de contienda; su boca incita a la riña. |
El padre del justo se regocijará en gran manera, y el que engendra un sabio se alegrará en él. | El padre del justo experimenta gran regocijo; quien tiene un hijo sabio se solaza en él. |
Volveos a mi reprensión: he aquí, derramaré mi espíritu sobre vosotros, os haré conocer mis palabras. | Respondan a mis reprensiones, y yo les abriré mi corazón; les daré a conocer mis pensamientos. |
El enojo del necio se conoce al instante, mas el prudente oculta la deshonra. | El necio muestra en seguida su enojo, pero el prudente pasa por alto el insulto. |
Muchos serán purificados, emblanquecidos y refinados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos comprenderá, pero los entendidos comprenderán. | Muchos serán purificados y perfeccionados, y quedarán limpios, pero los malvados seguirán en su maldad. Ninguno de ellos entenderá nada, pero los sabios lo entenderán todo. |
El hijo sabio alegra al padre, pero el hijo necio es tristeza para su madre. | El hijo sabio es la alegría de su padre; el hijo necio es el pesar de su madre. |