- Cual ciervo jadeante en busca del agua,
así te busca, oh Dios, todo mi ser. - Tengo sed de Dios, del Dios de la vida.
¿Cuándo podré presentarme ante Dios? - Un abismo llama a otro abismo
en el rugir de tus cascadas;
todas tus ondas y tus olas
se han precipitado sobre mí. - Esta es la oración al Dios de mi vida:
que de día el Señor mande su amor,
y de noche su canto me acompañe. - ¿Por qué voy a inquietarme?
¿Por qué me voy a angustiar?
En Dios pondré mi esperanza,
y todavía lo alabaré.
¡Él es mi Salvador y mi Dios!