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Versículos de la Biblia sobre 'Ciertamente'

  • Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades
    y soportó nuestros dolores,
    pero nosotros lo consideramos herido,
    golpeado por Dios y humillado.
  • No hay en la tierra nadie tan justo
    que haga el bien y nunca peque.
  • Seguro estoy de que la bondad y el amor
    me seguirán todos los días de mi vida;
    y en la casa del Señor
    habitaré para siempre.
  • El orgullo solo genera contiendas,
    pero la sabiduría está con quienes oyen consejos.
  • El que da testimonio de estas cosas dice: «Sí, vengo pronto».
    Amén. ¡Ven, Señor Jesús!
  • Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien dolorosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.
  • ¿Quién es sabio?, el que entiende estas cosas;
    ¿quién tiene discernimiento?, el que las comprende.
    Ciertamente son rectos los caminos del Señor:
    en ellos caminan los justos,
    mientras que allí tropiezan los rebeldes.
  • No explotes a las viudas ni a los huérfanos, porque, si tú y tu pueblo lo hacen y ellos me piden ayuda, yo te aseguro que atenderé a su clamor: arderá mi furor y los mataré a ustedes a filo de espada. Y sus mujeres se quedarán viudas y sus hijos, huérfanos.
  • En verdad, nada hace el Señor y Dios
    sin antes revelar sus planes
    a sus siervos los profetas.
  • Difícilmente habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.
  • Mil años, para ti,
    son como el día de ayer, que ya pasó;
    son como una vigilia de la noche.
  • ¡Respondan a mis reprensiones!
    Yo les compartiré mis pensamientos
    y les daré a conocer mis enseñanzas.
  • Sí, en ti esperamos, Señor,
    y en la senda de tus juicios;
    tu nombre y tu memoria
    son el deseo de nuestra vida.
  • ¿Acaso has podido verlas? ¡No existen!
    Es como si les salieran alas,
    pues se van volando como las águilas.
  • Así que no temas, porque yo estoy contigo;
    no te angusties, porque yo soy tu Dios.
    Te fortaleceré y te ayudaré;
    te sostendré con la diestra de mi justicia.
  • Pero si el malvado se arrepiente de todos los pecados que ha cometido, obedece todos mis estatutos y practica el derecho y la justicia, no morirá.
  • Pedro tomó la palabra y dijo: —Ahora comprendo que en realidad para Dios no hay favoritismos, sino que en toda nación él ve con agrado a los que le temen y actúan con justicia.
  • La vid se secó
    y la higuera se marchitó;
    el granado, la palmera, el manzano
    y todos los árboles del campo se secaron.
    Y hasta la alegría de la gente
    se marchitó.
  • El Señor es lento para la ira,
    pero grande en poder.
    El Señor no deja sin castigo al culpable.
    Camina en el huracán y en la tormenta;
    las nubes son el polvo de sus pies.
  • No alimentes en tu corazón odios contra tu hermano, sino reprende con franqueza a tu prójimo para que no sufras las consecuencias de su pecado. No seas vengativo con tu prójimo ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.
  • En efecto, si hemos estado unidos con él en una muerte como la suya, sin duda también estaremos unidos con él en su resurrección. Sabemos que nuestra vieja naturaleza fue crucificada con él para que nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado.