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Versículos de la Biblia sobre 'Debe'

De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús.Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús.
El que tiene dos camisas debe compartir con el que no tiene ninguna —les contestó Juan—, y el que tiene comida debe hacer lo mismo.Respondiendo, les decía: —El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.
El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien.El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo y seguid lo bueno.
El que come de todo no debe menospreciar al que no come ciertas cosas, y el que no come de todo no debe condenar al que lo hace, pues Dios lo ha aceptado.El que come de todo no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha recibido.
Cada uno debe agradar al prójimo para su bien, con el fin de edificarlo.Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.
Así mismo el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo.Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado.Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
Pero, en vista de tanta inmoralidad, cada hombre debe tener su propia esposa, y cada mujer su propio esposo.Sin embargo, por causa de las fornicaciones tenga cada uno su propia mujer, y tenga cada una su propio marido.
Quien quiera servirme debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará.Si alguno me sirve, sígame; y donde yo esté, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, mi Padre lo honrará.
Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre.
El hermano de condición humilde debe sentirse orgulloso de su alta dignidad, y el rico, de su humilde condición. El rico pasará como la flor del campo.El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación; pero el que es rico, en su humillación, porque él pasará como la flor de la hierba.
Entre ustedes ni siquiera debe mencionarse la inmoralidad sexual, ni ninguna clase de impureza o de avaricia, porque eso no es propio del pueblo santo de Dios.Pero fornicación y toda impureza o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos.
Hay quien considera que un día tiene más importancia que otro, pero hay quien considera iguales todos los días. Cada uno debe estar firme en sus propias opiniones.Uno hace diferencia entre día y día, mientras que otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido de lo que piensa.
El hombre debe cumplir su deber conyugal con su esposa, e igualmente la mujer con su esposo. La mujer ya no tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposo. Tampoco el hombre tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposa.El marido debe cumplir con su mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con su marido. La mujer no tiene dominio sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido dominio sobre su propio cuerpo, sino la mujer.
Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás.Pero entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo.
No niegues un favor a quien te lo pida si en tu mano está el otorgarlo.Si tienes poder para hacer el bien, no te rehúses a hacérselo a quien lo necesite.
Hay amigos que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles que un hermano.El hombre que tiene amigos debe ser amistoso, y amigos hay más unidos que un hermano.
Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará.Instruye al niño en su camino, y ni aun de viejo se apartará de él.
Aunque uno se aparte del temor al Todopoderoso, el amigo no le niega su lealtad.El que sufre es consolado por su compañero, incluso aquel que abandona el temor del Omnipotente.
Un sábado Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas, y estaba allí una mujer que por causa de un demonio llevaba dieciocho años enferma. Andaba encorvada y de ningún modo podía enderezarse. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: —Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Al mismo tiempo, puso las manos sobre ella, y al instante la mujer se enderezó y empezó a alabar a Dios. Indignado porque Jesús había sanado en sábado, el jefe de la sinagoga intervino, dirigiéndose a la gente: —Hay seis días en que se puede trabajar, así que vengan esos días para ser sanados, y no el sábado. —¡Hipócritas! —le contestó el Señor—. ¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro en sábado, y lo saca del establo para llevarlo a tomar agua? Sin embargo, a esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás tenía atada durante dieciocho largos años, ¿no se le debía quitar esta cadena en sábado? Cuando razonó así, quedaron humillados todos sus adversarios, pero la gente estaba encantada de tantas maravillas que él hacía.Enseñaba Jesús en una sinagoga en sábado, y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada y en ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: —Mujer, eres libre de tu enfermedad. Puso las manos sobre ella, y ella se enderezó al momento y glorificaba a Dios. Pero el alto dignatario de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiera sanado en sábado, dijo a la gente: —Seis días hay en que se debe trabajar; en estos, pues, venid y sed sanados, y no en sábado. Entonces el Señor le respondió y dijo: —¡Hipócrita!, ¿no desatáis vosotros vuestro buey o vuestro asno del pesebre y lo lleváis a beber en sábado? Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en sábado? Al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por él.

Versículo de la Biblia del día

Si ustedes realmente me conocieran, conocerían también a mi Padre. Y ya desde este momento lo conocen y lo han visto.

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