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Versículos de la Biblia sobre 'Halla'

  • Quien halla esposa encuentra el bien
    y recibe el favor del Señor.
  • Dichoso el que halla sabiduría,
    el que adquiere inteligencia.
  • En verdad, quien me encuentra halla la vida
    y recibe el favor del Señor.
  • El que va tras la justicia y el amor
    halla vida, justicia y honra.
  • Solo en Dios halla descanso mi alma;
    de él viene mi salvación.
  • Solo en Dios halla descanso mi alma;
    de él viene mi esperanza.
  • ¡Aleluya!
    Dichoso el que teme al Señor,
    el que halla gran deleite en sus mandamientos.
  • El que se aferre a su vida la perderá; y el que pierda su vida por mi causa la encontrará.
  • Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará?
    ¡Es más valiosa que las piedras preciosas!
  • Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá.
  • Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Podrá entrar y salir con libertad y hallará pastos.
  • Así que yo digo: Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá.
  • Así que nadie los juzgue a ustedes por lo que comen, beben o con respecto a días de fiesta religiosa, de luna nueva o de sábado. Todo esto es una sombra de las cosas que están por venir; la realidad se halla en Cristo.
  • Me di a conocer a los que no preguntaban por mí;
    dejé que me hallaran los que no me buscaban.
    A una nación que no invocaba mi nombre,
    dije: “¡Aquí estoy, aquí estoy!”.
  • Busquen al Señor mientras se deje encontrar,
    llámenlo mientras esté cercano.
  • Pues te cubrirá con sus plumas
    y bajo sus alas hallarás refugio.
    Su verdad será tu escudo y tu baluarte.
  • Así dice el Señor:
    «Deténganse en los caminos y miren;
    pregunten por los senderos antiguos.
    Pregunten por el buen camino,
    ¡y sigan por él!
    Así hallarán el descanso anhelado.
    Pero ellos dijeron:
    “¡No lo seguiremos!”.»
  • El que adquiere cordura, se ama a sí mismo
    y el que retiene el discernimiento prospera.
  • Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón.
  • El que atiende a la palabra prospera.
    ¡Dichoso el que confía en el Señor!
  • Pero si desde allí buscan al Señor su Dios con todo su corazón y con toda su alma, lo encontrarán.
  • Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la encontrará.
  • Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.
  • Ten en cuenta que así es la sabiduría a tu alma;
    si das con ella, tendrás buen futuro;
    tendrás una esperanza que no será destruida.
  • Que nunca te abandonen el amor y la verdad:
    llévalos siempre alrededor de tu cuello
    y escríbelos en la tabla de tu corazón.
    Contarás con el favor de Dios
    y tendrás buen nombre entre la gente.
  • No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor —le dijo el ángel—. Quedarás embarazada y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.
  • El Señor estará con ustedes, siempre y cuando ustedes estén con él. Si lo buscan, él dejará que ustedes lo hallen; pero si lo abandonan, él los abandonará.
  • «¿Podrá el hombre hallar un escondite
    donde yo no pueda encontrarlo?»,
    afirma el Señor.
    «¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra?»,
    afirma el Señor.
  • Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir la misericordia y encontrar la gracia que nos ayuden oportunamente.
  • Entren por la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran.
  • Quien, siendo por naturaleza Dios,
    no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse.
    Por el contrario, se rebajó voluntariamente,
    tomando la naturaleza de siervo
    y haciéndose semejante a los seres humanos.
    Y al manifestarse como hombre,
    se humilló a sí mismo
    y se hizo obediente hasta la muerte,
    ¡y muerte de cruz!
  • Quien encubre su pecado jamás prospera;
    quien lo confiesa y lo deja, alcanza la misericordia.
  • «Si dejas de profanar el sábado
    y no haces lo que deseas en mi día santo;
    si llamas al sábado “delicia”
    y al día santo del Señor, “honorable”;
    si te abstienes de profanarlo
    y lo honras no haciendo negocios
    ni profiriendo palabras inútiles,
    entonces hallarás tu gozo en el Señor;
    sobre las cumbres de la tierra te haré cabalgar
    y haré que te deleites en la herencia de tu padre Jacob».
    El Señor mismo lo ha dicho.
  • Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban ni de día ni de noche. Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes. Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y, si perezco, que perezca!
  • No dejaban de reunirse unánimes en el Templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad, alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.