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La maldad de los hombres (2/4)

  • Cuando no se ejecuta rápidamente la sentencia de un delito, el corazón del pueblo se llena de razones para hacer lo malo.
  • Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien.
  • Ananías —le reclamó Pedro—, ¿cómo es posible que Satanás haya llenado tu corazón para que le mintieras al Espíritu Santo y te quedaras con parte del dinero que recibiste por el terreno? ¿Acaso no era tuyo antes de venderlo? Y una vez vendido, ¿no estaba el dinero en tu poder? ¿Cómo se te ocurrió hacer esto? ¡No has mentido a los hombres, sino a Dios!
  • Ten compasión de mí, oh Dios,
    conforme a tu gran amor;
    conforme a tu inmensa bondad,
    borra mis transgresiones.
    Lávame de toda mi maldad
    y límpiame de mi pecado.
  • El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca.
  • La vid se marchitó;
    languideció la higuera;
    se marchitaron los granados,
    las palmeras, los manzanos,
    ¡todos los árboles del campo!
    ¡Y hasta la alegría de la gente acabó por marchitarse!
  • Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca.
  • Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca.
  • Gloria a Dios en las alturas,
    y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad.
  • Que nunca te abandonen el amor y la verdad:
    llévalos siempre alrededor de tu cuello
    y escríbelos en el libro de tu corazón.
    Contarás con el favor de Dios
    y tendrás buena fama entre la gente.
  • Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.
  • A nuestro Dios y Padre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
  • Pero, si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas.
  • ¡Levántate, Señor!
    ¡Levanta, oh Dios, tu brazo!
    ¡No te olvides de los indefensos!
  • No está aquí; ¡ha resucitado! Recuerden lo que les dijo cuando todavía estaba con ustedes en Galilea: “El Hijo del hombre tiene que ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, pero al tercer día resucitará”.
  • El camino del Señor es refugio de los justos
    y ruina de los malhechores.
  • Dichosos los pobres en espíritu,
    porque el reino de los cielos les pertenece.
  • Porque, si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial.
  • La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios.
  • La corona del anciano son sus nietos;
    el orgullo de los hijos son sus padres.
  • El futuro de los justos es halagüeño;
    la esperanza de los malvados se desvanece.
  • Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado.
  • Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se alejaba. De repente, se les acercaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: —Galileos, ¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse.
  • Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.
  • Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas.

En efecto, ¿quién conoce los pensamientos del ser humano sino su propio espíritu que está en él? Así mismo, nadie conoce los pensamientos de Dios sino el Espíritu de Dios.
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Versículo de la Biblia al Azar

Por la mañana hazme saber de tu gran amor,
porque en ti he puesto mi confianza.
Señálame el camino que debo seguir,
porque a ti elevo mi alma.
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