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Versículos de la Biblia sobre 'Santidad'

  • Busquen la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
  • Habrá allí una calzada
    que será llamada Camino de Santidad.
    No viajarán por ella los impuros
    ni transitarán por ella los necios;
    será solo para los que siguen en ese camino.
  • Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación.
  • De esta manera mostraré mi grandeza y mi santidad; me daré a conocer ante muchas naciones. Entonces sabrán que yo soy el Señor.
  • Pero ahora que han sido liberados del pecado y se han puesto al servicio de Dios, cosechan la santidad que conduce a la vida eterna.
  • Daré a conocer la grandeza de mi santo nombre, el cual ha sido profanado entre las naciones, el mismo que ustedes han profanado entre ellas. Cuando dé a conocer mi santidad entre ustedes, las naciones sabrán que yo soy el Señor, afirma el Señor y Dios.
  • Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; pues está escrito: «Sean santos, porque yo soy santo».
  • ¿Cómo puede el joven mantener limpio su camino?
    Viviendo conforme a tu palabra.
  • Porque lo dice el Alto y Excelso,
    el que vive para siempre, cuyo nombre es Santo:
    «Yo habito en un lugar santo y sublime,
    pero también con el contrito y humilde de espíritu,
    para reanimar el espíritu de los humildes
    y alentar el corazón de los quebrantados.»
  • Pues Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo.
  • Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
    pruébame y conoce mis ansiedades.
    Fíjate si voy por un camino que te ofende
    y guíame por el camino eterno.
  • La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús.
  • Háganlo todo sin quejas ni contiendas, para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el mundo, manteniendo en alto la palabra de vida.
  • Sean ustedes santos porque yo, el Señor, soy santo y los he distinguido entre las demás naciones, para que sean míos.
  • Entre ustedes ni siquiera debe mencionarse la inmoralidad sexual ni ninguna clase de impureza o de avaricia, porque eso no es propio del pueblo santo de Dios.
  • Nadie es santo como el Señor;
    no hay roca como nuestro Dios.
    ¡No hay nadie como él!
  • Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.
  • Por tanto, sean perfectos como su Padre celestial es perfecto.
  • ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?
  • Ruego, hermanos, que se cuiden de los que causan divisiones y dificultades, y van en contra de lo que a ustedes se les ha enseñado. Apártense de ellos.
  • La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad sexual; que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y honrosa, sin dejarse llevar por los malos deseos como hacen los paganos, que no conocen a Dios.
  • Busquen el bien y no el mal, y vivirán;
    y así estará con ustedes el Señor Dios de los Ejércitos,
    tal como ustedes lo afirman.
  • Alaba, alma mía, al Señor;
    alabe todo mi ser su santo nombre.
  • El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor;
    conocer al Santo es tener entendimiento.
  • Trampa es consagrar algo sin pensarlo
    y más tarde reconsiderar lo prometido.
  • Nadie enciende una lámpara para después cubrirla con una vasija o ponerla debajo de la cama, sino para ponerla en un candelero, a fin de que los que entren tengan luz.
  • Canten a Dios, canten salmos a su nombre;
    aclamen a quien cabalga sobre las nubes,
    y regocíjense en su presencia.
    ¡Su nombre es el Señor!
    Padre de huérfanos y defensor de viudas
    es Dios en su morada santa.
  • Pero ustedes son descendencia escogida, sacerdocio regio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.
  • Si alguno destruye el templo de Dios, él mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado y ustedes son ese templo.
  • Él es la Roca, sus obras son perfectas,
    y todos sus caminos son justos.
    Dios es fiel; no practica la injusticia.
    Él es recto y justo.
  • Porque con un solo sacrificio ha perfeccionado para siempre a los que han sido santificados.