- Pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.
- En cambio, el que no la conoce y hace algo que merezca castigo recibirá pocos golpes. A todo el que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho; y al que se le ha confiado mucho, se le pedirá aún más.
- Dios aborrece hasta la oración
del que se niega a obedecer la ley. - El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado.
- El que se aferre a su propia vida, la perderá, y el que renuncie a su propia vida por mi causa, la encontrará.
- Más bien, «Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe en el Señor». Porque no es aprobado el que se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien recomienda el Señor.
- Yo soy el Señor, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo imposible para mí?
- En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios.
- El que con sabios anda, sabio se vuelve;
el que con necios se junta, saldrá mal parado. - En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan.
- Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados.
- El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
- El que los llama es fiel, y así lo hará.
- Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
y renueva la firmeza de mi espíritu. - Y todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.
- Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»).
- Y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí.
- No permitirá que tu pie resbale;
jamás duerme el que te cuida. - Porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».
- El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
- En efecto,
«el que quiera amar la vida
y gozar de días felices,
que refrene su lengua de hablar el mal
y sus labios de proferir engaños;
que se aparte del mal y haga el bien;
que busque la paz y la siga.» - Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden.
- Yo los bautizo a ustedes con agua para que se arrepientan. Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.
- El que es generoso prospera;
el que reanima será reanimado. - Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
