- La vid se marchitó;
languideció la higuera;
se marchitaron los granados,
las palmeras, los manzanos,
¡todos los árboles del campo!
¡Y hasta la alegría de la gente acabó por marchitarse! - Hijo mío, si tu corazón es sabio,
también mi corazón se regocijará. - Aunque cambien de lugar las montañas
y se tambaleen las colinas,
no cambiará mi fiel amor por ti
ni vacilará mi pacto de paz,
—dice el Señor, que de ti se compadece—. - El hierro se afila con el hierro,
y el hombre en el trato con el hombre. - Me explico: El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios.
- Cuando no se ejecuta rápidamente la sentencia de un delito, el corazón del pueblo se llena de razones para hacer lo malo.
- Si alguien se cree religioso, pero no le pone freno a su lengua, se engaña a sí mismo, y su religión no sirve para nada.
- El dinero mal habido pronto se acaba;
quien ahorra, poco a poco se enriquece. - Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
- Al llegar a este punto, Job se levantó, se rasgó las vestiduras, se rasuró la cabeza, y luego se dejó caer al suelo en actitud de adoración. Entonces dijo:
«Desnudo salí del vientre de mi madre,
y desnudo he de partir.
El Señor ha dado; el Señor ha quitado.
¡Bendito sea el nombre del Señor!» - Así que todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad se dará a conocer a plena luz, y lo que han susurrado a puerta cerrada se proclamará desde las azoteas.
- Mientras guardé silencio,
mis huesos se fueron consumiendo
por mi gemir de todo el día. - En fin, el fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz.
- No se contenten solo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica.
- El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.
- De hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza.
- Francamente, mientras más sabiduría, más problemas;
mientras más se sabe, más se sufre. - Dichoso aquel
a quien se le perdonan sus transgresiones,
a quien se le borran sus pecados. - Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores.
- Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé fervoroso y arrepiéntete.
- Con regalos se abren todas las puertas
y se llega a la presencia de gente importante. - El gran amor del Señor nunca se acaba,
y su compasión jamás se agota.
Cada mañana se renuevan sus bondades;
¡muy grande es su fidelidad! - Hasta que desde lo alto
el Espíritu sea derramado sobre nosotros.
Entonces el desierto se volverá un campo fértil,
y el campo fértil se convertirá en bosque. - Tan compasivo es el Señor con los que le temen
como lo es un padre con sus hijos. - En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti mismo».
Versículo de la Biblia del día
A ti, Señor, elevo mi clamordesde las profundidades del abismo.
Escucha, Señor, mi voz.
Estén atentos tus oídos a mi voz suplicante.