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Versículos de la Biblia sobre 'Tras'

  • He aquí que viene con las nubes:
    Todo ojo lo verá, y los que lo traspasaron;
    y todos los linajes de la tierra se lamentarán por causa de él.
    Sí, amén.
  • Jehová guarda a los extranjeros;
    al huérfano y a la viuda sostiene,
    y el camino de los impíos trastorna.
  • Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento, pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
  • Él nos ha librado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
  • Y si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe, de tal manera que trasladara los montes, y no tengo amor, nada soy.
  • He visto asimismo que toda obra bien hecha despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
  • El que sigue la justicia y la misericordia
    hallará la vida, la justicia y el honor.
  • ¡Bendito sea el Señor!
    ¡Cada día nos colma de beneficios
    el Dios de nuestra salvación! Selah
  • Y todos los días, en el Templo y por las casas, incesantemente, enseñaban y predicaban a Jesucristo.
  • Por tanto, no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.
  • Jesús les dijo: —Por vuestra poca fe. De cierto os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: “Pásate de aquí allá”, y se pasará; y nada os será imposible.
  • Los que os decían: «En el último tiempo habrá burladores que andarán según sus malvados deseos.» Éstos son los que causan divisiones, viven sensualmente y no tienen al Espíritu.
  • Mas él fue herido por nuestras rebeliones,
    molido por nuestros pecados.
    Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo,
    y por sus llagas fuimos nosotros curados.
  • Conoce, pues, que Jehová, tu Dios, es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta por mil generaciones.
  • Llevaréis esos flecos para que cuando los veáis os acordéis de todos los mandamientos de Jehová. Así los pondréis por obra y no seguiréis los apetitos de vuestro corazón y de vuestros ojos, que han hecho que os prostituyáis.
  • Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron atormentados con muchos dolores.
  • Todas vuestras cosas sean hechas con amor.
  • Perseveraban unánimes cada día en el Templo, y partiendo el pan en las casas comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
  • Sea la luz de Jehová, nuestro Dios, sobre nosotros.
    La obra de nuestras manos confirma sobre nosotros;
    sí, la obra de nuestras manos confirma.
  • Mientras callé, se envejecieron mis huesos
    en mi gemir todo el día.
  • A Jehová cantaré en mi vida;
    a mi Dios cantaré salmos mientras viva.
  • ¡Buscad a Jehová mientras puede ser hallado,
    llamadle en tanto que está cercano!
  • Perdónanos nuestras deudas,
    como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
  • Cuanto está lejos el oriente del occidente,
    hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.
  • Pero si no perdonáis sus ofensas a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
  • Convertíos y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina.
  • Lavaos y limpiaos,
    quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos,
    dejad de hacer lo malo.
  • Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora, pues él dijo: «No te desampararé ni te dejaré.»
  • Mientras comían, tomó Jesús el pan, lo bendijo, lo partió y dio a sus discípulos, diciendo: —Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
  • Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
  • Hasta vuestra vejez yo seré el mismo
    y hasta vuestras canas os sostendré.
    Yo, el que hice, yo os llevaré,
    os sostendré y os guardaré.
  • En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
  • Él volverá a tener misericordia de nosotros;
    sepultará nuestras iniquidades
    y echará a lo profundo del mar
    todos nuestros pecados.
  • Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas.
  • Uno hace diferencia entre día y día, mientras que otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido de lo que piensa.
  • Ciertamente llevó él nuestras enfermedades
    y sufrió nuestros dolores,
    ¡pero nosotros lo tuvimos por azotado,
    como herido y afligido por Dios!
  • Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
  • Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió y se oyó una voz desde la nube, que decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.»
  • No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
  • Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguien, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.
  • Después los sacó fuera hasta Betania y, alzando sus manos, los bendijo. Aconteció que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado arriba al cielo.
  • Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga.
  • Él nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos.
  • Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra.
  • ¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
  • Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
  • Vosotros, que lo amáis sin haberlo visto, creyendo en él aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso, obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.
  • Pero el ángel dijo a las mujeres: «No temáis vosotras, porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.»
  • Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo:
    «¡Hosana al Hijo de David!
    ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
    ¡Hosana en las alturas!»
  • A ninguna viuda ni huérfano afligiréis, porque si tú llegas a afligirlos, y ellos claman a mí, ciertamente oiré yo su clamor, mi furor se encenderá y os mataré a espada; vuestras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros hijos.