- El Señor es clemente y compasivo,
lento para la ira y grande en amor. - Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo.
- Le contestó Jesús: —El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él.
- A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban.
- Y oí a cuanta criatura hay en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban: «¡Al que está sentado en el trono y al Cordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos!»
- Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella,
el mundo y cuantos lo habitan. - Salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo de nuevo el mundo y vuelvo al Padre.
- Entonces comprenderás la justicia y el derecho,
la equidad y todo buen camino. - Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.
- Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.
- El que va tras la justicia y el amor
halla vida, prosperidad y honra. - Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.
- Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.
- Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.
- Rásguense el corazón
y no las vestiduras.
Vuélvanse al Señor su Dios,
porque él es bondadoso y compasivo,
lento para la ira y lleno de amor,
cambia de parecer y no castiga. - ¡Levanta la voz, y hazles justicia!
¡Defiende a los pobres y necesitados! - Y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios.
- Así que ayunamos y oramos a nuestro Dios pidiéndole su protección, y él nos escuchó.
- Desde antes que nacieran los montes
y que crearas la tierra y el mundo,
desde los tiempos antiguos
y hasta los tiempos postreros,
tú eres Dios. - El Señor da la riqueza y la pobreza;
humilla, pero también enaltece. - Sáname, Señor, y seré sanado;
sálvame y seré salvado,
porque tú eres mi alabanza. - Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón;
ponme a prueba y sondea mis pensamientos.
Fíjate si voy por mal camino,
y guíame por el camino eterno. - Y, cuando él venga, convencerá al mundo de su error en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio.
- Defiendan la causa del huérfano y del desvalido;
al pobre y al oprimido háganles justicia. - Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.