- Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros.
- Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente.
- Dichosos los que van por caminos perfectos,
los que andan conforme a la ley del Señor. - Envió su palabra para sanarlos,
y así los rescató del sepulcro. - De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.
- Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.
- Queridos hijos, apártense de los ídolos.
- El futuro de los justos es halagüeño;
la esperanza de los malvados se desvanece. - Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los maltratan.
- Los que aman tu ley disfrutan de gran bienestar,
y nada los hace tropezar. - Tengamos en cuenta que la ley no se ha instituido para los justos, sino para los desobedientes y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos. La ley es para los que maltratan a sus propios padres, para los asesinos, para los adúlteros y los homosexuales, para los traficantes de esclavos, los embusteros y los que juran en falso. En fin, la ley es para todo lo que está en contra de la sana doctrina enseñada por el glorioso evangelio que el Dios bendito me ha confiado.
- Cuán grande es tu bondad,
que atesoras para los que te temen,
y que a la vista de la gente derramas
sobre los que en ti se refugian. - Acuérdate de tu creador
en los días de tu juventud,
antes que lleguen los días malos
y vengan los años en que digas:
«No encuentro en ellos placer alguno». - Jesús dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos».
- Dichosos ustedes cuando los odien,
cuando los discriminen, los insulten y los desprestigien
por causa del Hijo del hombre. - Los leoncillos se debilitan y tienen hambre,
pero a los que buscan al Señor nada les falta. - En ti confían los que conocen tu nombre,
porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan. - El Espíritu del Señor está sobre mí,
por cuanto me ha ungido
para anunciar buenas nuevas a los pobres.
Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos
y dar vista a los ciegos,
a poner en libertad a los oprimidos. - A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban.
- Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes, sino háganse solidarios con los humildes. No se crean los únicos que saben.
- Los labios del necio son causa de contienda;
su boca incita a la riña. - Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, al único Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
- Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu.
- La memoria de los justos es una bendición,
pero la fama de los malvados será pasto de los gusanos. - En los que fraguan el mal habita el engaño,
pero hay gozo para los que promueven la paz.