- Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
- Y el testimonio es este: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo.
- Les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura.»
- Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.
- Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.
- Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
- Para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual vivimos; y no hay más que un solo Señor, es decir, Jesucristo, por quien todo existe y por medio del cual vivimos.
- ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
- Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios.
- Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto.
- No los voy a dejar huérfanos; volveré a ustedes.
- Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
- Jesucristo es “la piedra que desecharon ustedes los constructores, y que ha llegado a ser la piedra angular”.
- Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él. ¡Escúchenlo!»
- Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy.
- Así que tú, hijo mío, fortalécete por la gracia que tenemos en Cristo Jesús.
- Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.
- Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá.
- Voy a estar con ustedes un poco más de tiempo —afirmó Jesús—, y luego volveré al que me envió.
- Y, si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes.
- También sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y estamos con el Verdadero, con su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna.
- En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo.
- A la verdad, como éramos incapaces de salvarnos, en el tiempo señalado Cristo murió por los malvados.
- No he venido a llamar a justos, sino a pecadores para que se arrepientan.
- Trabajen, pero no por la comida que es perecedera, sino por la que permanece para vida eterna, la cual les dará el Hijo del hombre. Sobre este ha puesto Dios el Padre su sello de aprobación.
Versículo de la Biblia del día
Los leoncillos se debilitan y tienen hambre,pero a los que buscan al Señor nada les falta.