- Aun el necio, cuando calla, es tenido por sabio;
el que cierra sus labios es inteligente. - El que tarda en airarse es grande de entendimiento;
el impaciente de espíritu pone de manifiesto su necedad. - ¡Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría
y obtiene la inteligencia! - Pues en la mucha sabiduría hay mucho sufrimiento;
y quien añade ciencia, añade dolor. - El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. - Así será para ti el conocimiento de la sabiduría:
si la hallas tendrás recompensa
y al fin tu esperanza no será frustrada. - El temor de Jehová es el principio de la sabiduría;
el conocimiento del Santísimo es la inteligencia. - Por el camino de la sabiduría te he encaminado,
por veredas derechas te he hecho andar. - ¡Profundidad de las riquezas, de la sabiduría y del conocimiento de Dios!
¡Cuán insondables son sus juicios
e inescrutables sus caminos! - El que anda entre sabios será sabio,
pero el que se junta con necios saldrá mal parado. - Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia,
no te olvides de ella ni te apartes de las razones de mi boca. - El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos;
¡su loor permanece para siempre! - Las palabras del sabio están llenas de gracia,
mas los labios del necio causan su propia ruina. - Lucho para que sean consolados sus corazones y para que, unidos en amor, alcancen todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre y de Cristo.
 - Uno hace diferencia entre día y día, mientras que otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido de lo que piensa.
 - La ley de Jehová es perfecta:
convierte el alma;
el testimonio de Jehová es fiel:
hace sabio al sencillo. - Hijo mío, si tu corazón es sabio,
también a mí se me alegrará el corazón. - El hipócrita, con la boca daña a su prójimo,
pero los justos se libran con la sabiduría. - El necio da rienda suelta a toda su ira,
pero el sabio, al fin, la apacigua. - Los labios del necio provocan contienda;
su boca, a los azotes llama. - ¡Volveos a mi reprensión!,
pues ciertamente yo derramaré mi espíritu sobre vosotros
y os haré saber mis palabras. - El necio, al punto da a conocer su ira,
pero el prudente no hace caso de la injuria. - Mucho se alegrará el padre del justo,
y el que engendra a un sabio se gozará con él. - Muchos serán limpios, emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá; pero los entendidos comprenderán.
 - El hijo sabio alegra al padre,
pero el hijo necio es la tristeza de su madre. 
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