- Bendeciré al Señor en todo tiempo;
lo alabarán siempre mis labios. - Busqué al Señor y él me respondió;
me libró de todos mis temores. - Este pobre clamó, el Señor lo oyó
y lo libró de todas sus angustias. - Prueben y vean que el Señor es bueno;
dichosos los que se refugian en él. - Los leoncillos se debilitan y tienen hambre,
pero a los que buscan al Señor nada les falta. - Que refrene su lengua de hablar el mal
y sus labios de proferir engaños. - Que se aparte del mal y haga el bien;
que busque la paz y la siga. - Los ojos del Señor están sobre los justos,
y sus oídos, atentos a sus clamores. - Pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal,
para borrar de la tierra su memoria. - Los justos claman, el Señor los oye
y los libra de todas sus angustias.
El Señor está cerca de los quebrantados de corazón,
y salva a los de espíritu abatido. - Muchas son las angustias del justo,
pero el Señor lo librará de todas ellas. - El Señor libra a sus siervos;
no serán condenados los que en él se refugian.