- Pero Dios es mi socorro;
el Señor es quien me sostiene. - Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano.
- Permanezca en ustedes lo que han oído desde el principio, y así ustedes permanecerán también en el Hijo y en el Padre.
- El Señor ama la justicia y el derecho;
llena está la tierra de su amor. - El perverso provoca contiendas,
y el chismoso divide a los buenos amigos. - De él dan testimonio todos los profetas, que todo el que cree en él recibe, por medio de su nombre, el perdón de los pecados.
- Por tanto, digo:
«El Señor es todo lo que tengo.
¡En él esperaré!» - No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre.
- Gran remedio es el corazón alegre,
pero el ánimo decaído seca los huesos. - El que tiene dos camisas debe compartir con el que no tiene ninguna —les contestó Juan—, y el que tiene comida debe hacer lo mismo.
- El Señor ama a los que odian el mal;
él protege la vida de sus fieles,
y los libra de manos de los impíos. - Deléitate en el Señor,
y él te concederá los deseos de tu corazón. - Porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».
- Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.
- El Señor te protegerá;
de todo mal protegerá tu vida.
El Señor te cuidará en el hogar y en el camino,
desde ahora y para siempre. - Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.
- Que abandone el malvado su camino,
y el perverso sus pensamientos.
Que se vuelva al Señor, a nuestro Dios,
que es generoso para perdonar,
y de él recibirá misericordia. - El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.
- A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo unigénito, que es Dios y que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer.
- El de sabio corazón acata las órdenes,
pero el necio y rezongón va camino al desastre. - Dichoso el que halla sabiduría,
el que adquiere inteligencia. - Más vale ser paciente que valiente;
más vale el dominio propio que conquistar ciudades. - Quien teme al Señor aborrece lo malo;
yo aborrezco el orgullo y la arrogancia,
la mala conducta y el lenguaje perverso. - A él le toca crecer, y a mí menguar.
- Por medio de él todas las cosas fueron creadas;
sin él, nada de lo creado llegó a existir.
Versículo de la Biblia del día
El necio desdeña la corrección de su padre;el que la acepta demuestra prudencia.