- Sométanlo todo a prueba, aférrense a lo bueno, eviten toda clase de mal.
- Trampa es consagrar algo sin pensarlo
y más tarde reconsiderar lo prometido. - Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé.
- Le quitaron la ropa y le pusieron un manto de color escarlata. Luego trenzaron una corona de espinas y se la colocaron en la cabeza, y en la mano derecha le pusieron una caña. Arrodillándose delante de él, se burlaban diciendo: —¡Salve, rey de los judíos!
- Así, pues, los que recibieron su mensaje fueron bautizados, y aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas.
- Yo, en cambio, te ofreceré sacrificios
y cánticos de gratitud.
Cumpliré las promesas que te hice.
¡La salvación viene del Señor! - La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello. Llevaba puesto un cinturón de cuero y se alimentaba de langostas y miel silvestre.
- Yo había convenido con mis ojos
no mirar con lujuria a ninguna mujer. - El que es paciente muestra gran discernimiento;
el que es agresivo muestra mucha insensatez. - Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza,
nuestra ayuda segura en momentos de angustia. - Hagamos un examen de conciencia
y volvamos al camino del Señor. - El hermano de condición humilde debe sentirse orgulloso de su alta dignidad, y el rico, de su humilde condición. El rico pasará como la flor del campo.
- Las costumbres de los pueblos
no tienen valor alguno.
Cortan un tronco en el bosque,
y un artífice lo labra con un cincel.
Lo adornan con oro y plata,
y lo afirman con clavos y martillo
para que no se tambalee.
Sus ídolos no pueden hablar;
¡parecen espantapájaros
en un campo sembrado de melones!
Tienen que ser transportados,
porque no pueden caminar.
No les tengan miedo,
que ningún mal pueden hacerles,
pero tampoco ningún bien. - Por eso, anímense y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo.
- De esta manera mostraré mi grandeza y mi santidad, y me daré a conocer ante muchas naciones. Entonces sabrán que yo soy el Señor.
- “Puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos”. Como algunos de sus propios poetas griegos han dicho: “De él somos descendientes”.
- El perverso provoca contiendas,
y el chismoso divide a los buenos amigos. - Inclina mi corazón hacia tus estatutos
y no hacia las ganancias desmedidas. - Daré de beber a los sedientos y saciaré a los que estén agotados.
- Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia;
no olvides mis palabras ni te apartes de ellas. - Que caiga mi enseñanza como lluvia
y desciendan mis palabras como rocío,
como aguacero sobre el pasto nuevo,
como lluvia abundante sobre plantas tiernas. - Esforcémonos, pues, por entrar en ese reposo, para que nadie caiga al seguir aquel ejemplo de desobediencia.
- Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.
- Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente.
- El prudente ve el peligro y lo evita;
el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias.