Versículos de la Biblia sobre 'Ti'
- Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza.
- Protégeme, oh Dios,
porque en ti busco refugio. - Porque el Señor tu Dios, está en medio de ti
como poderoso guerrero que salva.
Se deleitará en ti con gozo,
te renovará con su amor,
se alegrará por ti con cantos. - El Señor te bendiga
y te guarde;
el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti
y te extienda su amor;
el Señor mueva su rostro hacia ti
y te conceda la paz. - ¿A quién tengo en el cielo sino a ti?
Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra. - Toda tú eres bella, amada mía;
no hay en ti defecto alguno. - Al de carácter firme
lo guardarás en perfecta paz,
porque en ti confía. - En mi corazón atesoro tus dichos
para no pecar contra ti. - Hacia ti extiendo las manos;
me haces falta, como el agua a la tierra seca. Selah - Por la mañana hazme saber de tu gran amor,
porque en ti he puesto mi confianza.
Señálame el camino que debo seguir,
porque a ti elevo mi alma. - El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
- Que tu gran amor, Señor, nos acompañe,
tal como lo esperamos de ti. - Ante ti, Señor, están todos mis deseos;
no te son un secreto mis suspiros. - Quiero alegrarme y regocijarme en ti
y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo. - Yo le he dicho al Señor: «Mi Señor eres tú.
Fuera de ti, no poseo bien alguno». - En ti, Señor, busco refugio;
jamás permitas que me avergüencen.
Por tu justicia, líbrame. - «Aunque cambien de lugar las montañas
y se tambaleen las colinas,
no cambiará mi fiel amor por ti
ni vacilará mi pacto de paz»,
dice el Señor, que de ti se compadece. - Aleja de tu boca la perversidad;
aparta de tus labios las palabras corruptas. - ¡Levántate y resplandece que tu luz ha llegado!
¡La gloria del Señor brilla sobre ti! - En efecto, toda la Ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti mismo».
- Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. Aun si peca contra ti siete veces en un día, y siete veces regresa a decirte que se arrepiente, perdónalo.
- En ti confían los que conocen tu nombre,
porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan. - El Señor dice:
«Yo te instruiré,
yo te mostraré el camino que debes seguir;
yo te daré consejos y velaré por ti.» - El segundo es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. No hay otro mandamiento más importante que estos.
- Sean, pues, aceptables ante ti
mis palabras y mis meditaciones
oh Señor, mi roca y mi redentor. - Encamíname en tu verdad.
Y enséñame,
porque tú eres mi Dios y mi salvación.
¡En ti pongo mi esperanza todo el día! - Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.
- El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes.
- A ti, Señor, elevo mi clamor desde lo más profundo de mi ser.
Escucha, Señor, mi voz.
Estén atentos tus oídos
a mi voz suplicante. - Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.
- «No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti;
toda lengua que te acuse tú la refutarás.
Esta es la herencia de los siervos del Señor,
la justicia que de mí procede»,
afirma el Señor. - Pon la mirada en lo que tienes delante;
fija la vista en lo que está frente a ti. - ¡Ah, mi Señor y Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y la tierra. Para ti no hay nada imposible.
- Oh Dios, tú eres mi Dios;
yo te busco intensamente.
Mi alma tiene sed de ti;
todo mi ser te anhela,
cual tierra seca, sedienta y sin agua. - Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu hermano.
- ¡Qué grande eres, mi Señor y Dios! Nosotros mismos hemos aprendido que no hay nadie como tú y que aparte de ti no hay Dios.
- ¡Cuán grande es tu bondad!
La reservas para los que te temen,
y a la vista de la gente la derramas
sobre los que en ti se refugian. - “No mates, no cometas adulterio, no robes, no presentes falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre” y “ama a tu prójimo como a ti mismo”.
- Señor, escucha mi oración,
atiende a mi clamor;
no te desentiendas de mi llanto.
Ante ti soy un extranjero,
alguien que está de paso, como todos mis antepasados. - De ti proceden la riqueza y el honor;
tú lo gobiernas todo.
En tus manos están la fuerza y el poder;
y eres tú quien engrandece y fortalece a todos. - ¡Él te ha mostrado, oh mortal, lo que es bueno!
¿Y qué es lo que espera de ti el Señor?:
Practicar la justicia,
amar la misericordia
y caminar humildemente ante tu Dios. - Porque eres precioso a mis ojos
y digno de honra, yo te amo.
A cambio de ti entregaré pueblos;
a cambio de tu vida entregaré naciones. - Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas.
- Como respuesta el hombre citó: —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus fuerzas y con toda tu mente”, y “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
- Pero tú, Belén Efrata,
pequeña entre los clanes de Judá,
de ti saldrá el que gobernará a Israel;
sus orígenes son de un pasado distante,
desde tiempos antiguos. - Y el ángel dijo: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios.
- A ti, Dios de mis antepasados,
te alabo y te doy gracias.
Me has dado sabiduría y poder;
me has dado a conocer lo que te pedimos.
¡Nos has dado a conocer el sueño del rey! - Mil años, para ti,
son como el día de ayer, que ya pasó;
son como una vigilia de la noche. - ¡Alégrate mucho, hija de Sión!
¡Grita de alegría, hija de Jerusalén!
Mira, tu rey viene hacia ti,
justo, victorioso y humilde.
Viene montado en un burro,
en un burrito, cría de asna. - Porque los mandamientos que dicen: «No cometas adulterio», «no mates», «no robes», «no codicies», y todos los demás mandamientos, se resumen en este precepto: «Ama a tu prójimo como a ti mismo».
Versículo de la Biblia del día
¡Restáuranos, Señor Dios de los Ejércitos!Haz resplandecer tu rostro sobre nosotros,
y sálvanos.