- Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y contemplamos su gloria, la gloria que corresponde al Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.
- Toda palabra de Dios es purificada;
Dios es escudo a los que en él buscan refugio. - Tú me cubres con el escudo de tu salvación
y con tu diestra me sostienes;
tu ayuda me ha hecho prosperar.
Has despejado el paso de mi camino,
para que mis tobillos no se tuerzan. - Hijo mío, atiende a mis consejos;
escucha atentamente lo que digo.
No pierdas de vista mis palabras;
guárdalas muy dentro de tu corazón. - El Hijo refleja el brillo de la gloria de Dios y es la fiel representación de lo que él es. Él sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas.
- Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.
- El camino de Dios es perfecto;
la palabra del Señor es intachable.
Escudo es Dios a los que se refugian en él. - En mi corazón atesoro tus dichos
para no pecar contra ti. - Así dice la Escritura: «Todo el que confíe en él no será defraudado».
- La suma de tus palabras es la verdad;
tus justas leyes permanecen para siempre. - Espero al Señor, lo espero con toda el alma;
en su palabra he puesto mi esperanza. - Pues ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.
- Envió su palabra para sanarlos
y así los libró de la fosa. - La Ley del Señor es perfecta:
infunde nuevo aliento.
El mandato del Señor es digno de confianza:
da sabiduría al sencillo. - «Por lo tanto, adviérteles que así dice el Señor y Dios: “Mis palabras se cumplirán sin retraso: yo cumpliré con lo que digo”», afirma el Señor y Dios.
- El que recibió la semilla que cayó entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas la ahogan. Por eso, la semilla no llega a dar fruto.
- Adquiere sabiduría, adquiere entendimiento;
no olvides mis palabras ni te apartes de ellas. - El que los llama es fiel y así lo hará.
- Escucha, hijo mío, acoge mis palabras
y los años de tu vida aumentarán. - Ustedes ya están limpios por la palabra que les he comunicado.
- Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la Ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido.
- Por medio de él todas las cosas fueron creadas;
sin él, nada de lo creado llegó a existir. - Mi enseñanza no es mía —respondió Jesús—, sino del que me envió.
- Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
- Este mensaje es digno de crédito:
Si morimos con él,
también viviremos con él.