- Nosotros amamos porque él nos amó primero.
- Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.
- Jesús dijo: «Dejen que los niños vengan a mí; no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos».
- Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón.
- Él fortalece al cansado
y acrecienta las fuerzas del débil. - ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen con su cuerpo a Dios.
- ¡Pero gracias a Dios que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
- La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.
- El que va tras la justicia y el amor
halla vida, justicia y honra. - Instruye al niño en el camino correcto
y aun en su vejez no lo abandonará. - Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará.
- El que es generoso prospera;
el que reanima a otros será reanimado. - Pero ¿quién soy yo y quién es mi pueblo, para que podamos darte estas ofrendas voluntarias? En verdad, tú eres el dueño de todo y lo que te hemos dado, de ti lo hemos recibido.
- Porque todas las cosas proceden de él,
y existen por él y para él.
¡A él sea la gloria por siempre! Amén. - Porque el Señor da la sabiduría;
conocimiento e inteligencia brotan de sus labios. - Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo.
- Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.
- ¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios? —le contestó Jesús.
- Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios; si poseo todo conocimiento, si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada.
- Yo soy el Señor, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo imposible para mí?
- El Señor está cerca de quienes lo invocan,
de quienes lo invocan en verdad. - Alaba, alma mía, al Señor;
alabe todo mi ser su santo nombre. - Que el Señor lleve sus corazones a amar como Dios ama y a perseverar como Cristo perseveró.
- Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial.
- De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.
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