Versículos de la Biblia sobre 'Da'
- Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.
- Todo el día se lo pasa codiciando,
pero el justo da con generosidad. - El necio da rienda suelta a su ira,
pero el sabio sabe dominarla. - La exposición de tus palabras nos da luz
y da entendimiento al sencillo. - Porque el Señor da la sabiduría;
conocimiento e inteligencia brotan de sus labios. - ¡Pero gracias a Dios que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
- Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios.
- La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.
- Los malvados piden prestado y no pagan,
pero los justos dan con generosidad. - El que da testimonio de estas cosas dice: «Sí, vengo pronto».
Amén. ¡Ven, Señor Jesús! - Él fortalece al cansado
y acrecienta las fuerzas del débil. - También dijo: «Yo les doy de la tierra todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla; todo esto les servirá de alimento.»
- El Espíritu mismo asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.
- Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie.
- Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Toda rama que en mí no da fruto la corta; pero toda rama que da fruto la poda para que dé más fruto todavía.
- La gloria, Señor, no es para nosotros;
no es para nosotros, sino para tu nombre,
por causa de tu gran amor y tu fidelidad. - El Señor y Dios es mi fuerza;
da a mis pies la ligereza de una gacela
y me hace caminar por las alturas. - Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu.
- Además, a quien Dios concede abundancia y riquezas, también concede comer de ellas, así como tomar su parte y disfrutar de sus afanes, pues esto es don de Dios.
- Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
- Obedezcan sus estatutos y mandamientos que hoy te mando cumplir. De este modo, a ustedes y a sus descendientes les irá bien y permanecerán mucho tiempo en la tierra que el Señor tu Dios te da para siempre.
- El necio muestra enseguida su enojo,
pero el prudente pasa por alto el insulto. - El Señor nos da la riqueza y la pobreza;
nos humilla, pero también nos enaltece. - El Señor da vista a los ciegos,
el Señor levanta a los agobiados,
el Señor ama a los justos. - Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu.
- Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien dolorosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.
- ¡Alégrate mucho, hija de Sión!
¡Grita de alegría, hija de Jerusalén!
Mira, tu rey viene hacia ti,
justo, victorioso y humilde.
Viene montado en un burro,
en un burrito, cría de asna. - A los ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios. Él nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos.
- Todo esfuerzo tiene su recompensa,
pero quedarse en las palabras solamente, lleva a la pobreza. - Los preceptos del Señor son rectos:
traen alegría al corazón.
El mandamiento del Señor es claro:
da luz a los ojos. - Dios da un hogar a los desamparados
y dicha a los cautivos que libera;
pero los rebeldes habitarán en el desierto. - El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia.
- Porque, si uno lo hace de buena voluntad, lo que da es bien recibido según lo que tiene y no según lo que no tiene.
- La Ley del Señor es perfecta:
infunde nuevo aliento.
El mandato del Señor es digno de confianza:
da sabiduría al sencillo. - Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría.
- Porque sé que, gracias a las oraciones de ustedes y a la ayuda que me da el Espíritu de Jesucristo, todo esto resultará en mi liberación.
- ¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con la humildad que le da su sabiduría.
- Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído, sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla.
- No tengan nada que ver con las obras infructuosas de la oscuridad, sino más bien denúncienlas, porque da vergüenza aun mencionar lo que los desobedientes hacen en secreto.
- Al darles Dios su Espíritu y hacer milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras que demanda la Ley o por la fe con que han aceptado el mensaje?
- Jesús respondió: —Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.
- Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.






