Versículos de la Biblia sobre 'Fuente de sabiduria'
- La sabiduría es lo primero. ¡Adquiere sabiduría!
Por sobre todas las cosas, adquiere discernimiento. - Yo te guío por el camino de la sabiduría,
te dirijo por sendas de rectitud. - Porque el Señor da la sabiduría;
conocimiento y ciencia brotan de sus labios. - Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia;
no olvides mis palabras ni te apartes de ellas. - El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor;
conocer al Santo es tener discernimiento. - Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor.
- Dichoso el que halla sabiduría,
el que adquiere inteligencia. - Así de dulce sea la sabiduría a tu alma;
si das con ella, tendrás buen futuro;
tendrás una esperanza que no será destruida. - Con el orgullo viene el oprobio;
con la humildad, la sabiduría. - El temor del Señor es el principio del conocimiento;
los necios desprecian la sabiduría y la disciplina. - El temor del Señor imparte sabiduría;
la humildad precede a la honra. - Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie.
- ¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios!
¡Qué indescifrables sus juicios
e impenetrables sus caminos! - Enséñanos a contar bien nuestros días,
para que nuestro corazón adquiera sabiduría. - El principio de la sabiduría es el temor del Señor;
buen juicio demuestran quienes cumplen sus preceptos.
¡Su alabanza permanece para siempre! - Más vale adquirir sabiduría que oro;
más vale adquirir inteligencia que plata. - El orgullo solo genera contiendas,
pero la sabiduría está con quienes oyen consejos. - Francamente, mientras más sabiduría, más problemas;
mientras más se sabe, más se sufre. - La ley del Señor es perfecta:
infunde nuevo aliento.
El mandato del Señor es digno de confianza:
da sabiduría al sencillo. - En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera.
- A ti, Dios de mis padres,
te alabo y te doy gracias.
Me has dado sabiduría y poder,
me has dado a conocer lo que te pedimos,
¡me has dado a conocer el sueño del rey! - También esto viene del Señor Todopoderoso,
admirable por su consejo
y magnífico por su sabiduría. - Haré que ellas y los alrededores de mi colina sean una fuente de bendición. Haré caer lluvias de bendición en el tiempo oportuno.
- Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.
- ¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con la humildad que le da su sabiduría.
- Pero el que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.
- Los cielos cuentan la gloria de Dios,
el firmamento proclama la obra de sus manos.
Un día transmite al otro la noticia,
una noche a la otra comparte su saber. - Él reserva su ayuda para la gente íntegra
y protege a los de conducta intachable. - Con la boca el impío destruye a su prójimo,
pero los justos se libran por el conocimiento. - El que ama la disciplina ama el conocimiento,
pero el que la aborrece es un necio. - Nunca preguntes por qué todo tiempo pasado fue mejor. No es de sabios hacer tales preguntas.
- Y, consumada su perfección, llegó a ser autor de salvación eterna para todos los que le obedecen.
- Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio.
- La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello. Llevaba puesto un cinturón de cuero y se alimentaba de langostas y miel silvestre.
- Jesús le respondió: —Escrito está: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
- Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.
- En el día de la ira de nada sirve ser rico,
pero la justicia libra de la muerte. - De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús.
- En efecto, nosotros somos colaboradores al servicio de Dios; y ustedes son el campo de cultivo de Dios, son el edificio de Dios.
- No me he apartado de los mandamientos de sus labios;
en lo más profundo de mi ser
he atesorado las palabras de su boca. - Pero de una cosa estoy seguro:
he de ver la bondad del Señor
en esta tierra de los vivientes. - No me ofendan; no se hagan dioses de plata o de oro, ni los adoren.
- Aleja de tu boca la perversidad;
aparta de tus labios las palabras corruptas. - El Señor ama a los que odian el mal;
él protege la vida de sus fieles,
y los libra de manos de los impíos. - ¡Lávense, límpiense!
¡Aparten de mi vista sus obras malvadas!
¡Dejen de hacer el mal! - Esta es la oración al Dios de mi vida:
que de día el Señor mande su amor,
y de noche su canto me acompañe. - La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios.
- Pues ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.
- Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
- ¡Tengan cuidado! —advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes.