DailyVerses.netTemasVersículo al AzarRegistrar

Versículos de la Biblia sobre 'Ojos'

  • Yo había convenido con mis ojos
    no mirar con lujuria a ninguna mujer joven.
  • Los ojos del Señor están sobre los justos,
    y sus oídos, atentos a sus clamores.
  • Los ojos del Señor están sobre los que le temen;
    de los que esperan en su gran amor.
  • Los preceptos del Señor son rectos:
    traen alegría al corazón.
    El mandamiento del Señor es claro:
    da luz a los ojos.
  • A las montañas levanto mis ojos;
    ¿de dónde ha de venir mi ayuda?
    Mi ayuda proviene del Señor,
    que hizo el cielo y la tierra.
  • A cambio de ti entregaré hombres;
    ¡a cambio de tu vida entregaré pueblos!
    Porque te amo y eres ante mis ojos
    precioso y digno de honra.
  • En ese momento los ojos de ambos fueron abiertos y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para cubrirse entretejieron hojas de higuera.
  • Porque los ojos del Señor están sobre los justos,
    y sus oídos, atentos a sus oraciones;
    pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal.
  • Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre, sino del mundo.
  • Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos.
  • Estos flecos les ayudarán a recordar que deben cumplir con todos los mandamientos del Señor, y que no deben prostituirse ni dejarse llevar por los impulsos de su corazón ni por los deseos de sus ojos.
  • Ya no sufrirán hambre ni sed.
    No los abatirá el sol ni ningún calor abrasador.
    Porque el Cordero que está en el trono los pastoreará
    y los guiará a fuentes de agua viva;
    y Dios les enjugará toda lágrima de sus ojos.
  • ¡Miren que viene en las nubes!
    Y todos lo verán con sus propios ojos,
    incluso quienes lo traspasaron;
    y por él harán lamentación
    todos los pueblos de la tierra.
    ¡Así será! Amén.
  • Pon la mirada en lo que tienes delante;
    fija la vista en lo que está frente a ti.
  • En el infierno, en medio de sus tormentos, el rico levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. Así que alzó la voz y lo llamó: “Padre Abraham, ten compasión de mí y manda a Lázaro que moje la punta del dedo en agua y me refresque la lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego”.
  • El Señor da vista a los ciegos,
    el Señor levanta a los agobiados,
    el Señor ama a los justos.
  • El Señor dice:
    «Yo te instruiré,
    yo te mostraré el camino que debes seguir;
    yo te daré consejos y velaré por ti.»
  • Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir».
  • ¡Lávense, límpiense!
    ¡Aparten de mi vista sus obras malvadas!
    ¡Dejen de hacer el mal!
  • Mil años, para ti,
    son como el día de ayer, que ya pasó;
    son como una vigilia de la noche.
  • Habiendo dicho esto, mientras ellos lo miraban, fue llevado a las alturas hasta que una nube lo ocultó de su vista.
  • De esta manera mostraré mi grandeza y mi santidad, y me daré a conocer ante muchas naciones. Entonces sabrán que yo soy el Señor.
  • ¿Acaso has podido verlas? ¡No existen!
    Es como si les salieran alas,
    pues se van volando como las águilas.
  • Donde abundan los bienes, sobra quien se los gaste; ¿y qué saca de esto su dueño, aparte de contemplarlos?
  • Pero yo he puesto mi esperanza en el Señor;
    yo espero en el Dios de mi salvación.
    ¡Mi Dios me escuchará!
  • Hijo mío, atiende a mis consejos;
    escucha atentamente lo que digo.
    No pierdas de vista mis palabras;
    guárdalas muy dentro de tu corazón.
  • En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!”
  • Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.
  • Que nunca te abandonen el amor y la verdad:
    llévalos siempre alrededor de tu cuello
    y escríbelos en la tabla de tu corazón.
    Contarás con el favor de Dios
    y tendrás buen nombre entre la gente.
  • Yo soy el Señor su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo considero justo, y si cumplen mis mandamientos y estatutos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el Señor que les devuelve la salud.
  • Entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando al cielo, los bendijo. Luego los partió y se los dio a los discípulos para que se los repartieran a la gente. Todos comieron hasta quedar satisfechos, y de los pedazos que sobraron se recogieron doce canastas.
  • A cada uno le parece correcto su camino,
    pero el Señor juzga los corazones.
  • Daré a conocer la grandeza de mi santo nombre, el cual ha sido profanado entre las naciones, el mismo que ustedes han profanado entre ellas. Cuando dé a conocer mi santidad entre ustedes, las naciones sabrán que yo soy el Señor. Lo afirma el Señor omnipotente.
  • Pero el Señor dijo a Samuel: —No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.
  • No seas sabio en tu propia opinión;
    más bien, teme al Señor y huye del mal.
    Esto infundirá salud a tu cuerpo
    y fortalecerá tus huesos.
  • Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se alejaba. De repente, se les acercaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: —Galileos, ¿qué hacen aquí mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre ustedes al cielo, vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse.