- En el principio ya existía el Verbo,
y el Verbo estaba con Dios,
y el Verbo era Dios. - Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense!
- Dios es mi salvación y mi gloria;
es la roca que me fortalece;
mi refugio está en Dios. - Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios.
- Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios—, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
- Así como no sabes por dónde va el viento
ni cómo se forma el niño en el vientre de la madre,
tampoco entiendes la obra de Dios,
el Creador de todas las cosas. - Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, al único Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
- Por tanto, reconoce que el Señor tu Dios es el único Dios, el Dios fiel, que cumple su pacto por mil generaciones y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos.
- Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
- Nuestra ayuda está en el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. - ¡Busquen al Señor y su fuerza;
anhelen siempre su rostro! - Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe.
- Reconozcan y consideren seriamente hoy que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra; no hay otro.
- El Señor cumplirá en mí su propósito.
Tu gran amor, Señor, perdura para siempre;
¡no abandones la obra de tus manos! - Porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».
- Una sola cosa pido al Señor
y es lo único que persigo:
habitar en la casa del Señor
todos los días de mi vida,
para contemplar la hermosura del Señor
y buscar orientación en su Templo. - El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
- Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.
- También esto viene del Señor de los Ejércitos,
admirable por su consejo
y magnífico por su sabiduría. - Si el Señor no edifica la casa,
en vano se esfuerzan los albañiles.
Si el Señor no cuida la ciudad,
en vano hacen guardia los vigilantes. - Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió y de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él. ¡Escúchenlo!».
- Desde antes que nacieran los montes
y que crearas la tierra y el mundo,
desde los tiempos antiguos
y hasta los tiempos postreros,
tú eres Dios. - Torre fuerte es el nombre del Señor;
a ella corren los justos y se ponen a salvo. - ¿Quién realizó esto? ¿Quién lo hizo posible?
¿Quién llamó a las generaciones desde el principio?
Yo, el Señor, estoy con los primeros
y estaré con los últimos. - El Señor será rey sobre toda la tierra. En aquel día el Señor será el único Dios y su nombre será el único nombre.