Versículos de la Biblia sobre 'Salmo26'
- El Señor es mi luz y mi salvación;
¿a quién temeré?
El Señor es el baluarte de mi vida;
¿quién me asustará? - Aun cuando un ejército me asedie,
no temerá mi corazón;
aun cuando una guerra estalle contra mí,
yo mantendré la confianza. - Una sola cosa pido al Señor
y es lo único que persigo:
habitar en la casa del Señor
todos los días de mi vida,
para contemplar la hermosura del Señor
y buscar orientación en su Templo. - Pero de una cosa estoy seguro:
he de ver la bondad del Señor
en esta tierra de los vivientes. - Pon tu esperanza en el Señor;
cobra ánimo y ármate de valor,
¡pon tu esperanza en el Señor! - El Señor es mi fuerza y mi escudo;
mi corazón en él confía;
de él recibo ayuda.
Mi corazón salta de alegría,
y con cánticos le daré gracias. - El Señor fortalece a su pueblo;
el Señor bendice a su pueblo con la paz. - Porque solo un instante dura su enojo,
pero su buena voluntad, toda una vida.
Si por la noche hay llanto,
por la mañana habrá gritos de alegría. - En ti, Señor, busco refugio;
jamás permitas que me avergüencen.
Por tu justicia, líbrame. - Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza,
dirígeme por amor a tu nombre. - Mi vida entera está en tus manos;
líbrame de mis enemigos y perseguidores. - Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo;
por tu gran amor, sálvame. - ¡Cuán grande es tu bondad!
La reservas para los que te temen,
y a la vista de la gente la derramas
sobre los que en ti se refugian. - Cobren ánimo y ármense de valor,
todos los que en el Señor esperan. - Dichoso aquel
a quien se le perdonan sus transgresiones,
cuyos pecados son cubiertos. - Mientras guardé silencio,
mis huesos se fueron consumiendo
por mi gemir de todo el día. - Pero te confesé mi pecado
y no te oculté mi maldad.
Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor».
Y tú perdonaste la culpa de mi pecado. Selah - Tú eres mi refugio;
tú me protegerás del peligro
y me rodearás con cánticos de liberación. Selah - El Señor dice:
«Yo te instruiré,
yo te mostraré el camino que debes seguir;
yo te daré consejos y velaré por ti.» - La palabra del Señor es justa;
fieles son todas sus obras. - El Señor ama la justicia y el derecho;
llena está la tierra de su gran amor. - Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos
y por el soplo de su boca, todo lo que en ellos hay. - Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que escogió por su heredad. - Los ojos del Señor están sobre los que le temen;
de los que esperan en su gran amor. - Que tu gran amor, Señor, nos acompañe,
tal como lo esperamos de ti. - Bendeciré al Señor en todo tiempo;
lo alabarán siempre mis labios. - Busqué al Señor y él me respondió;
me libró de todos mis temores. - Este pobre clamó, el Señor lo oyó
y lo libró de todas sus angustias. - Prueben y vean que el Señor es bueno;
dichosos los que se refugian en él. - Los leoncillos se debilitan y tienen hambre,
pero a los que buscan al Señor nada les falta. - Que refrene su lengua de hablar el mal
y sus labios de proferir engaños. - Que se aparte del mal y haga el bien;
que busque la paz y la siga. - Los ojos del Señor están sobre los justos,
y sus oídos, atentos a sus clamores. - Pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal,
para borrar de la tierra su memoria. - Los justos claman, el Señor los oye
y los libra de todas sus angustias.
El Señor está cerca de los quebrantados de corazón,
y salva a los de espíritu abatido. - Muchas son las angustias del justo,
pero el Señor lo librará de todas ellas. - El Señor libra a sus siervos;
no serán condenados los que en él se refugian. - Confía en el Señor y haz el bien;
establécete en la tierra y mantente fiel. - Deléitate en el Señor
y él te concederá los deseos de tu corazón. - Encomienda al Señor tu camino;
confía en él y él actuará.
Hará que tu justicia resplandezca como el alba;
tu justa causa, como el sol de mediodía. - Guarda silencio ante el Señor
y espera en él con paciencia;
no te enojes ante el éxito de otros,
de los que maquinan planes malvados. - Más vale lo poco de un justo
que la abundancia de muchos malvados;
porque el brazo de los malvados será quebrado,
pero el Señor sostendrá a los justos. - Los malvados piden prestado y no pagan,
pero los justos dan con generosidad. - El Señor afirma los pasos del hombre
cuando le agrada su modo de vivir. - Porque el Señor ama al justo
y no abandona a quienes le son fieles.
El Señor los protegerá para siempre,
pero la descendencia de los malvados será exterminada. - Ante ti, Señor, están todos mis deseos;
no te son un secreto mis suspiros. - Señor, escucha mi oración,
atiende a mi clamor;
no te desentiendas de mi llanto.
Ante ti soy un extranjero,
alguien que está de paso, como todos mis antepasados. - Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad;
tu Ley la llevo dentro de mí. - No me niegues, Señor, tu misericordia;
que siempre me protejan tu amor y tu verdad. - Como ciervo jadeante que busca las corrientes de agua,
así te busca, oh Dios, todo mi ser.






