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Versículos de la Biblia sobre 'Un'

  • Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.
  • Pero no olviden, queridos hermanos, que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.
  • Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
    y renueva la firmeza de mi espíritu.
  • Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza.
  • De hecho, ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos.
  • Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne.
  • Todos fuimos bautizados por un solo Espíritu para constituir un solo cuerpo —ya seamos judíos o gentiles, esclavos o libres—, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
  • De modo que, en cuanto a comer lo sacrificado a los ídolos, sabemos que un ídolo no es absolutamente nada, y que hay un solo Dios.
  • Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor.
  • ¡Alégrate mucho, hija de Sión!
    ¡Grita de alegría, hija de Jerusalén!
    Mira, tu rey viene hacia ti,
    justo, Salvador y humilde.
    Viene montado en un asno,
    en un pollino, cría de asna.
  • Hay amigos que llevan a la ruina,
    y hay amigos más fieles que un hermano.
  • Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían.
  • Les digo que así mismo se alegra Dios con sus ángeles por un pecador que se arrepiente.
  • Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
  • ¡Cuánto más vale un hombre que una oveja! Por lo tanto, está permitido hacer el bien en sábado.
  • Para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual vivimos; y no hay más que un solo Señor, es decir, Jesucristo, por quien todo existe y por medio del cual vivimos.
  • Un abismo llama a otro abismo
    en el rugir de tus cascadas;
    todas tus ondas y tus olas
    se han precipitado sobre mí.
  • Pues, así como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función, también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás.
  • Por eso, el Señor mismo les dará una señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel.
  • Porque nos ha nacido un niño,
    se nos ha concedido un hijo;
    la soberanía reposará sobre sus hombros,
    y se le darán estos nombres:
    Consejero admirable, Dios fuerte,
    Padre eterno, Príncipe de paz.
  • La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello. Llevaba puesto un cinturón de cuero y se alimentaba de langostas y miel silvestre.
  • Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos.
  • Aun cuando un ejército me asedie,
    no temerá mi corazón;
    aun cuando una guerra estalle contra mí,
    yo mantendré la confianza.
  • El de labios mentirosos disimula su odio,
    y el que propaga calumnias es un necio.
  • El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.
  • Voy a estar con ustedes un poco más de tiempo —afirmó Jesús—, y luego volveré al que me envió.
  • Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos.
  • El padre del justo experimenta gran regocijo;
    quien tiene un hijo sabio se solaza en él.
  • Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien.
  • Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.
  • Porque solo un instante dura su enojo,
    pero toda una vida su bondad.
    Si por la noche hay llanto,
    por la mañana habrá gritos de alegría.
  • Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito.
  • Porque tú, Señor, bendices a los justos;
    cual escudo los rodeas con tu buena voluntad.
  • No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre. No vayas a la casa de tu hermano cuando tengas un problema. Más vale vecino cercano que hermano distante.
  • Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo.
  • El que ama la disciplina ama el conocimiento,
    pero el que la aborrece es un necio.
  • Vale más pasar un día en tus atrios
    que mil fuera de ellos;
    prefiero cuidar la entrada de la casa de mi Dios
    que habitar entre los impíos.
  • Pero la transgresión de Adán no puede compararse con la gracia de Dios. Pues, si por la transgresión de un solo hombre murieron todos, ¡cuánto más el don que vino por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, abundó para todos!
  • Les digo que así es también en el cielo: habrá más alegría por un solo pecador que se arrepienta que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.
  • Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.
  • De hecho, aunque el cuerpo es uno solo, tiene muchos miembros, y todos los miembros, no obstante ser muchos, forman un solo cuerpo. Así sucede con Cristo.
  • No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor —le dijo el ángel—. Quedarás encinta y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.
  • No envíes a la guerra a ningún hombre recién casado, ni le impongas ningún otro deber. Tendrá libre todo un año para atender su casa y hacer feliz a la mujer que tomó por esposa.
  • En fin, hermanos, alégrense, busquen su restauración, hagan caso de mi exhortación, sean de un mismo sentir, vivan en paz. Y el Dios de amor y de paz estará con ustedes.
  • De hecho, sabemos que, si esta tienda de campaña en que vivimos se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas.
  • Los cielos cuentan la gloria de Dios,
    el firmamento proclama la obra de sus manos.
    Un día transmite al otro la noticia,
    una noche a la otra comparte su saber.
  • Por consiguiente, queda todavía un reposo especial para el pueblo de Dios; porque el que entra en el reposo de Dios descansa también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas.
  • Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado.
  • De todo hombre se espera lealtad.
    Más vale ser pobre que mentiroso.
  • Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido.