- Yo te busco con todo el corazón;
no dejes que me desvíe de tus mandamientos. - Muchas son las angustias del justo,
pero el Señor lo librará de todas ellas. - ¡Levanta la voz y hazles justicia!
¡Defiende a los pobres y necesitados! - Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes. ¡Pecadores, límpiense las manos! ¡Ustedes, los indecisos, purifiquen su corazón!
- Por eso, confiésense unos a otros sus pecados y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.
- Entrégale tus afanes al Señor
y él te sostendrá;
no permitirá que el justo caiga
y quede abatido para siempre. - Pero ¡que fluya el derecho como las aguas
y la justicia como arroyo inagotable! - ¡Aprendan a hacer el bien!
¡Busquen la justicia y restituyan al oprimido!
¡Aboguen por el huérfano
y defiendan a la viuda! - Entonces comprenderás la justicia y el derecho,
la equidad y todo buen camino. - De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: «El justo vivirá por la fe».
- Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas.
- Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis ansiedades.
Fíjate si voy por un camino que te ofende
y guíame por el camino eterno. - Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,
porque el reino de los cielos les pertenece. - La justicia enaltece a una nación,
pero el pecado deshonra a todos los pueblos. - Porque los ojos del Señor están sobre los justos,
y sus oídos, atentos a sus oraciones;
pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal. - ¡Él te ha mostrado, oh mortal, lo que es bueno!
¿Y qué es lo que espera de ti el Señor?:
Practicar la justicia,
amar la misericordia
y caminar humildemente ante tu Dios. - Más vale tener poco con justicia
que ganar mucho con injusticia. - De hecho, Cristo es la culminación de la Ley para que todo el que cree sea justificado.
- Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien dolorosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.
- Con la boca el impío destruye a su prójimo,
pero los justos se libran por el conocimiento. - Porque el Señor es nuestro juez;
el Señor es nuestro legislador;
el Señor es nuestro rey:
¡Él nos salvará! - No formen alianza con los incrédulos. ¿Qué tienen en común la justicia y la maldad? ¿O qué comunión puede tener la luz con la oscuridad?
- Pero ahora, sin la mediación de la Ley, se ha manifestado la justicia de Dios, de la que dan testimonio la Ley y los Profetas. Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción.
- El Señor ama la justicia y el derecho;
llena está la tierra de su gran amor. - Más vale lo poco de un justo
que la abundancia de muchos malvados;
porque el brazo de los malvados será quebrado,
pero el Señor sostendrá a los justos.