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Versículos de la Biblia sobre 'Como el siervo'

  • Les aseguro que ningún siervo es más que su amo y ningún mensajero es más que el que lo envió.
  • Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo;
    por tu gran amor, sálvame.
  • Quien, siendo por naturaleza Dios,
    no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse.
    Por el contrario, se rebajó voluntariamente,
    tomando la naturaleza de siervo
    y haciéndose semejante a los seres humanos.
    Y al manifestarse como hombre,
    se humilló a sí mismo
    y se hizo obediente hasta la muerte,
    ¡y muerte de cruz!
  • Nadie es santo como el Señor;
    no hay roca como nuestro Dios.
    ¡No hay nadie como él!
  • Su señor respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!”.
  • Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.
  • Entonces, ¿busco ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo.
  • Mil años, para ti,
    son como el día de ayer, que ya pasó;
    son como una vigilia de la noche.
  • ¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro? Que se mantenga firme o que caiga es asunto de su propio señor. Y se mantendrá firme, porque el Señor tiene poder para sostenerlo.
  • Y esfuércense por cumplir fielmente el mandamiento y la ley que ordenó Moisés, siervo del Señor: Amen al Señor su Dios, condúzcanse de acuerdo con su voluntad, obedezcan sus mandamientos, manténganse unidos firmemente a él y sírvanle de todo corazón y con todo su ser.
  • Hacia ti extiendo las manos;
    me haces falta, como el agua a la tierra seca. Selah
  • Cuando Dios resucitó a su siervo, lo envió primero a ustedes para darles la bendición de que cada uno se convierta de sus maldades.
  • Grábame como un sello sobre tu corazón;
    llévame como una marca sobre tu brazo.
    Fuerte es el amor, como la muerte;
    el celo, inconmovible como el sepulcro.
    Como llama divina
    es el fuego ardiente del amor.
  • ¡La paz sea con ustedes! —repitió Jesús—. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.
  • Quien quiera servirme debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará.
  • Encomienda al Señor tu camino;
    confía en él y él actuará.
    Hará que tu justicia resplandezca como el alba;
    tu justa causa, como el sol de mediodía.
  • Así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
  • Observa el día sábado para santificarlo, tal como el Señor tu Dios te lo ha ordenado. Trabaja seis días y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu buey, ni tu burro, ni ninguno de tus animales, ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades. Así podrán descansar tu esclavo y tu esclava, lo mismo que tú.
  • Los ricos son los amos de los pobres;
    los deudores son esclavos de sus acreedores.
  • Jesús dijo: «Dejen que los niños vengan a mí; no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos».
  • Que caiga mi enseñanza como lluvia
    y desciendan mis palabras como rocío,
    como aguacero sobre el pasto nuevo,
    como lluvia abundante sobre plantas tiernas.
  • Pero ¡que fluya el derecho como las aguas
    y la justicia como arroyo inagotable!
  • Vi, además, que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es vanidad; ¡es correr tras el viento!
  • No codicies la casa de tu prójimo, ni codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que le pertenezca.
  • Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado.
  • Él, en cambio, conoce mis caminos;
    si me pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro.
    En sus sendas he afirmado mis pies;
    he seguido su camino sin desviarme.
  • «Vengan, pongamos las cosas en claro»,
    dice el Señor.
    «Aunque sus pecados sean como escarlata,
    quedarán blancos como la nieve.
    Aunque sean rojos como la púrpura,
    quedarán como la lana.»
  • De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.
  • Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás.
  • Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto.
  • Pero no olviden, queridos hermanos, que para el Señor un día es como mil años y mil años, como un día.
  • Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos.
  • Pero el servicio sacerdotal que Jesús ha recibido es superior al de ellos, así como el pacto del cual es mediador es superior al antiguo, puesto que se basa en mejores promesas.
  • En cuanto a ustedes, la unción que de él recibieron permanece en ustedes y no necesitan que nadie les enseñe. Esa unción es verdadera —no es falsa— y les enseña todas las cosas. Permanezcan en él tal y como él les enseñó.
  • Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser. Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. Todo el que tiene esta esperanza en Cristo se purifica a sí mismo, así como él es puro.
  • Por eso, si les dicen: “¡Miren que está en el desierto!”, no salgan; o: “¡Miren que está en la casa!”, no lo crean. Porque así como el relámpago que sale del oriente se ve hasta en el occidente, así será la venida del Hijo del hombre.
  • Nada hay tan engañoso como el corazón.
    No tiene remedio.
    ¿Quién puede comprenderlo?
    «Yo, el Señor, sondeo el corazón
    y examino los pensamientos,
    para darle a cada uno según sus acciones
    y según el fruto de sus obras».
  • El segundo se parece a este: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
  • Tal como salió del vientre de su madre,
    así se irá: desnudo como vino al mundo
    y sin llevarse el fruto de tanto trabajo.
  • Eso es actuar como personas libres que no se valen de su libertad para encubrir su maldad, sino que viven como siervos de Dios.
  • Que el Señor lleve sus corazones a amar como Dios ama y a perseverar como Cristo perseveró.
  • Así como no sabes por dónde va el viento
    ni cómo se forma el niño en el vientre de la madre,
    tampoco entiendes la obra de Dios,
    el Creador de todas las cosas.
  • Recuerda que fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí con gran despliegue de fuerza y de poder. Por eso el Señor tu Dios te ordena respetar el día sábado.
  • Por tanto, imiten a Dios como hijos muy amados.
  • Tan compasivo es el Señor con los que le temen
    como lo es un padre con sus hijos.
  • Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él su Salvador.
  • Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, también el que come de mí vivirá por mí.
  • Jesús dijo: —¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible.
  • Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos.
  • Porque ustedes antes eran oscuridad y ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de luz.

Versículo de la Biblia del día

Hay quien considera que un día tiene más importancia que otro, pero hay quien considera iguales todos los días. Cada uno debe estar firme en sus propias opiniones.

Versículo de la Biblia al Azar

Porque todas las cosas proceden de él,
y existen por él y para él.
¡A él sea la gloria por siempre! Amén.
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